El Domund apunta a la Amazonía

Confiado a los franciscanos desde su erección en 1956, se ha convertido este verano en tierra de misión para la Iglesia hispalense que este domingo celebra el Día Mundial de las Misiones, más conocido por todos como Domund, con el lema 'Corazones ardientes, pies en camino'.

Seminaristas y jóvenes universitarios sevillanos han sido algunos de los aproximadamente 10.000 españoles que pasan una temporada, principalmente de su tiempo de vacaciones en verano, en tierras de misión.

En este caso, la Amazonía peruana ha recibido a dos grupos diferentes de misioneros de la Iglesia hispalense a tiempo parcial: cuatro seminaristas junto al vicerrector del seminario, Manuel Jiménez, pasaron en julio por Requena; en agosto, otra decena de estudiantes de las universidades sevillanas acompañó al delegado de Pastoral Universitaria, Pablo Guija, al mismo territorio misional.

Es sólo una muestra, muy pequeña, de la labor misionera que desarrolla la Iglesia hispalense. La geografía misional sevillana conecta puntos de todo el planeta muy alejados entre sí: Papúa Nueva Guinea, Guatemala, Perú, Mozambique, Ecuador, Japón o la República Democrática del Congo (la excolonia belga conocida antes como Zaire).

Y no sólo sacerdotes diocesanos, sino también muchos otros clérigos regulares, miembros de institutos religiosos y, últimamente, familias enteras que se mudan allí donde hay más necesidad de anunciar el Evangelio: los 1.119 territorios de misión marcados por la Iglesia, en la práctica un tercio de las diócesis de la Iglesia universal.

Ello da idea de que el Domund, organizado por las Obras Misionales Pontificias, va más allá de la colecta callejera con las huchas que portan niños. El año pasado, la recaudación en la archidiócesis de Sevilla alcanzó los 800.000 euros, una cantidad más que notable dentro del conjunto de 14,2 millones de euros con los que España colaboró el año pasado.

Nuestro país es una potencia misionera con cuatro cardenales, 85 obispos, 516 sacerdotes diocesanos, 1.621 sacerdotes religiosos, 3.512 consagrados (con una elevada proporción de monjas) y 632 laicos. Perú, con diferencia, es el país con más presencia misionera española con 601 misioneros estables. Tal vez ello explique que las acciones de la Iglesia local hispalense se hayan dirigido a este país durante el pasado verano.

Los universitarios sevillanos, por ejemplo, dedicaron su tiempo en una misión evangelizadora en la comunidad Flor de Punga, en Requena, visitando a enfermos y ancianos y animando la pastoral de la parroquia de la Inmaculada con testimonios, celebraciones y vigilias. Pero son los sacerdotes los más requeridos por las comunidades para la administración de sacramentos: bautizos, comuniones y bodas, principalmente. O simplemente para celebrar la eucaristía, ese 'lujo del espíritu' para comunidades en las que pasan años sin la presencia de un sacerdote que confiese y consagre.

En el vicariato de Requena, donde se han dirigido los esfuerzos misionales de la Iglesia sevillana en verano, sobran dedos de las dos manos para contar el número de presbíteros con largos desplazamientos en canoa por los anchurosos ríos amazónicos para llegar a las aldeas. Una aventura del espíritu que jóvenes sevillanos han protagonizado este año en primera persona: el Domund también es de ellos.