Las Atarazanas de Sevilla estarán otro año más en obras
La Fundación Cajasol invertirá 15 millones en rematar el proyecto: dos salas de exposición y un auditorio
Ya ha concluido la primera fase de la rehabilitación, acometida en los viejos astilleros desde diciembre de 2021
Concluye la restauración de las Atarazanas de Sevilla para convertirse en centro cultural
Acciona Cultura proyecta el centro cultural, que se dedicará a la historia de América
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Iniciar sesiónLa obra de las Atarazanas acabará en 2026, probablemente a finales de ese año, poniendo fin a más de tres décadas de espera y cinco proyectos para rehabilitar el antiguo astillero y convertirlo en un «ágora cultural», en palabras del responsable de su controvertido ... plan arquitectónico, Guillermo Vázquez Consuegra.
Cuando concluyan las obras habrá pasado justo un lustro desde el comienzo de las mismas, acumulando un retraso de tres años sobre el calendario inicial previsto. La noticia esta misma semana de que el grupo Avintia había entregado su parte de los trabajos, daba a entender que la reapertura del monumento civil y medieval más importante de la capital hispalense era inminente, pero ese esperado momento aún precisa de un empujón final. En concreto, falta el 30% del total de la reforma.
Avintia ha concluido la primera fase bruta de la reforma, que corresponde a la planta baja con sus característicos arcos y una gran sala de 1.000 cuadrados, unos trabajos que según la propia constructora han supuesto un «desafío de gran complejidad» en tres dimensiones: geográfica, social e histórica. Pero aún resta una segunda etapa en este mastodóntico proyecto que, en total necesitará más de 33 millones de euros de inversión (esta primera fase ha costado 18).
Esa nueva fase, que según ha podido saber este periódico va a comenzar de inmediato, comprende la adecuación de las dos salas museísticas y el auditorio. Es la parte que corresponde a la Fundación Cajasol, que gestionará el espacio durante 20 años a partir de la recepción de los trabajos y que ha contratado a Acciona Cultura para adaptarlo como un centro de interpretación de la historia de América. Para ello, la institución que preside Antonio Pulido aportará 15 millones de euros. El resto del presupuesto se reparte con las inversiones de la Fundación La Caixa (12 millones) y la Junta de Andalucía (7).
Cabe recordar que el proyecto inicial para la puesta en valor del edificio áulico (fue construido por el rey Alfonso X en 1252) más espectacular de la ciudad de Sevilla estaba encaminado en la ubicación allí del CaixaForum, que finalmente la entidad bancaria se llevó al entorno de Torre Sevilla, donde está abierta desde 2017. No sin numerosos vaivenes y falta de entendimiento previa de las partes, así como modificaciones del diseño arquitectónico, finalmente los trabajos comenzaron en diciembre de 2021. Junio de 2024 supuso otro hito, con su conclusión, aunque ya entonces se dijo que precisaría un año más de obras. Cumplido este plazo, ahora sí, se necesita de otros 12 meses para su culminación definitiva y su apertura como centro de interpretación de la historia de América.
Llegará cuatro años después de la celebración del 500 aniversario de la primera vuelta al mundo, capitaneada por Fernando Magallanes y Juan Sebastián Elcano. Esta fue en su día otra de las promesas que sustentaron el proyecto, pero que resultó imposible de materializar por los continuos retrasos. Estas demoras vinieron en parte por la actuación de la Asociación de Defensa del Patrimonio Histórico Artístico de Andalucía, Adepa, muy crítica con los planes iniciales de Vázquez Consuegra, arquitecto que también se encarga de la reforma del Museo Arqueológico de Sevilla. Con la nueva reformulación se accedió a la excavación, entre otras, de las naves 6 y 7, pero finalmente no se llegó a los cinco metros como estaba previsto, sino que se quedó a la mitad. Esas prospecciones, además, provocaron grietas en los edificios de viviendas colindantes y daños en el Hospital de la Caridad.
El mantenimiento de la estética original, al igual que la coherencia de su contenido, han sido los dos grandes caballos de batalla del proyecto de las Reales Atarazanas. Así lo hizo ver Avantia cuando hace unos días informó de la conclusión de sus trabajos. Con más de 7.000 metros cuadrados de superficie, el edificio está conformado por amplias naves conectadas mediante grandes arcos de ladrillo. «Su restauración fue realizada por especialistas que abordaron un proceso minucioso: ladrillo a ladrillo, las piezas más deterioradas fueron sustituidas por nuevas». Ahora, el lugar donde la Corona de Castilla llevaba a cabo su política allende los mares encara, parece por fin, su capítulo definitivo.
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