Ángeles Gallego: «La política universitaria se ha vuelto clientelista; de ahí que haya tantos cargos intermedios»

-Fue usted la más combativa del debate electoral.

-Lo que buscaba era resolver determinadas cosas que me han generado dudas durante la campaña y que fueron las que planteé. Cosas que se ofrecen y que se prometen en otros programas y no se dicen cómo y con qué dinero se va a financiar.

-A usted la sitúan en el bando del continuismo...

-Entiendo que estamos en campaña electoral y es el juego electoral. Mi puesto de directora del Centro de Formación Permanente, obviamente formo parte del gobierno de la Universidad, pero eso es una cosa y otra cosa es que forme parte del equipo rectoral. El equipo rectoral es rector, vicerrectores, directores generales, secretario general y gerente. A mí no me escogió el rector. Esto lo saben todos, igual que saben todos que dentro de algunas candidaturas que se presentan como cambio hay personas que sí han gobernado la universidad. Yo estoy muy orgullosa de haber dirigido el Centro de Formación Permanente, al que hemos reflotado.

-Es difícil, pero dígame tres líneas básicas para renovar la universidad.

-Creo que las tres cosas que ahora mismo necesita urgentemente la universidad son la descentralización, la transparencia y la gestión eficiente de los recursos. La transparencia es una urgencia porque no conocemos nada. No queremos solo ver las cuentas, sino en qué se gasta de verdad el dinero. La gestión eficiente de los recursos, desde luego creo que va a ser una urgencia, pero el cambio en sí que se propone de estructura es la descentralización, que se vuelva a dar las competencias a la facultad, los centros, los departamentos o los institutos.

-La economía no es muy boyante en la universidad, con lo cual habrá muchas medidas que quizá no se puedan llevar a cabo.

-Lo primero que propongo en mi programa son unas medidas de ahorro de costes, y una de esas medidas es la propia descentralización, aligerar la estructura de gobierno, reducir la cantidad de vicerrectorados y direcciones generales. También hay que recuperar unas relaciones fluidas con la administración pública y potenciar los proyectos de investigación nacionales e internacionales y los contratos con las empresas.

-¿Está la política metida en la universidad?

-La universidad es un sitio intelectualmente vivo, entonces es inevitable que cada uno lleve su ideología, pero no he tenido nunca la percepción de los partidos políticos estén metidos en ella. Sí que creo que hay alguna candidatura que está marcada por la política, pero lo que hay dentro de la universidad es la política universitaria, que sí es necesario que la haya. Pero esa política se ha vuelto clientelista y es uno de los orígenes de la gran cantidad de cargos intermedios que hay.

-Sacó usted a la luz en el debate la poca idoneidad de que se presenten dos candidatos que no culminarían el mandato por edad.

-La realidad es que, a día de hoy, no parece que vayan a cambiar la ley y son personas que tienen tres años para hacer su mandato. Hay dos faltas de legitimidad: una es el mero hecho de que tú te presentes para medio mandato. Y otra es que las dos candidaturas que están en ese caso reconocieron que sus programas son para seis años. José Luis Gutiérrez, que se supone que es más rupturista que Felipe, y que viene a ofrecer un cambio de universidad, ¿va a hacer ese proceso de cambio sabiendo que dentro de tres años se debe ir? Creo que nos deberían de contar por qué una persona en esa situación está interesada en venir tan poco tiempo.

-Todos hablaron de aprobar la compensatoria. Si todos están de acuerdo, ¿por qué no se hizo antes?

-No lo propuso nadie que no fueran los estudiantes y nadie recogió el guante. Los estudiantes llevan reclamando la evaluación continua como 20 años y con la compensatoria también mucho tiempo.

-Se quejó en el debate del excesivo número de vicerrectores y cargos intermedios de la estructura de mando universitaria.

-Ahora mismo hay nueve vicerrectorados y seis direcciones generales. Lo máximo lo marca la ley, pero los mínimos los pone cada uno. Yo propongo una descentralización efectiva y si todos estamos diciendo que hay que descentralizar, que las competencias vayan a los centros, yo me pregunto para qué queremos tanta gente arriba. Los recursos que se consumen arriba no van hacia abajo, que es donde tienen que ir. Hay una candidatura que ya lleva nombrados los 15 vicerrectores y lo ha hecho para obtener votos de los centros de poder de esas personas. Obviamente esa persona ya no puede tener una estructura más sencilla.

-¿Por qué nadie hace nada contra la burocracia si toda universidad se queja de ella?.

-Ahí solo pueden hacer algo los que están gobernando la universidad. No será porque no nos quejamos los usuarios. Muchísimos investigadores que ya están consolidados dicen yo no pido ni un proyecto más porque al día siguiente de tener el proyecto me dedico a hacer papeles muchas veces. El problema es que tú mandas el papel a donde se supone que lo tienes que mandar y a los tres meses te dicen que no es ahí, que es en otro lado. Y este problema surge porque la gran mayoría de los procedimientos administrativos de la universidad han ido cambiando a lo largo de los años, pero en vez de coger el procedimiento que estaba antes y poner uno nuevo, se le ha añadido. Así que se convierte en una locura.