ANIVERSARIO INAUGURAL
La Sevilla heredada de la Exposición Iberoamericana de 1929
El certamen tuvo un impacto decisivo en el urbanismo de la ciudad que ha llegado hasta nuestros días
JAVIER RUBIO
Un día como hoy, 9 de mayo, el Rey Alfonso XIII inauguraba la Exposición Iberoamericana de 1929, el acontecimiento decisivo en el urbanismo sevillano y del que ABC daba cuenta al día siguiente en una crónica que destacaba que las fotografías del acto inaugural se ... habían transportado a Madrid en avión y que, por el mismo medio, se habían llevado miles de periódicos a Sevilla.
Era jueves de la Ascensión, todavía festivo en el calendario no sólo litúrgico sino laboral. Sevilla inauguraba al fin, veinte años después de que se propusiera por primera vez, la Exposición Iberoamericana con la que pretendía mostrar al mundo su pujanza y su «vitalidad». Las huellas de ese tiempo están por todas partes en la ciudad, ya que el certamen supuso una revolución urbanística incluso mayor de la que supuso en 1992 la Exposición Universal. Pero hay otras herencias olvidadas del 29; éstas son algunas de ellas:
Cruz de cerrajería en la plaza de Santa Cruz
Barrio de Santa Cruz
Aunque a simple vista no lo parezca, el barrio turístico por excelencia de Sevilla también es herencia de la Exposición Iberoamericana. El proyecto, con ensanches y barreduelas construidas ex profeso añadiendo terrenos del Alcázar donados por el Rey Alfonso XIII tuvo como impulsor al marqués de Vega-Inclán, comisario regio para el Turismo que fue nombrado vocal del comité organizador de la Exposición Iberoamericana en 1925. Vega-Inclán proyectó un sistema de hospederías para alojamiento de los visitantes de la Exposición a partir de un conjunto de casas que se habían adquirido en 1920 como la de la calle Pimienta, 9. La iniciativa no sólo pretendía crear lo que llamaríamos «alojamientos regionales» sino preservar -aunque introduciendo modificaciones que hoy serían tildadas de aberraciones- el casticismo de la antigua Judería.
Vista aérea de época de los Hotelitos del Guadalquivir
Heliópolis
El barrio construido ex profeso para los técnicos y visitantes de la Exposición del 29, lo que hermana este barrio con el de Ciudad Expo levantado en Mairena del Aljarafe para la Exposición Universal de 1992. En un primer momento, los chalés que hoy se conocen como barrio de Heliópolis se llamaron Hotelitos del Guadalquivir, que era el nombre comercial de la promoción inmobiliaria, aunque se adoptó el nombre de la ciudad del Antiguo Egipto en 1958 una vez se rotuló la avenida que llevaba tal nombre como Padre García Tejero. Los 390 chalés proyectados respondían a cuatro tipos diferentes que se iban alternando. Su construcción fue posible gracias a los incentivos crediticios aprobados para la Exposición Iberoamericana.
La fuente de Hispalis en la Puerta de Jerez
Puerta de Jerez
Sencillamente, no existiría de no ser por la Exposición Iberoamericana. La puerta en sí es anterior, por supuesto, pero la configuración actual como espacio abierto con la fuente de los Meones que es como la ciudad llamó a la representación idealizada de Sevilla como matrona romana, original de Delgado Brackembury, se debe a los trabajos de exorno de la ciudad con ocasión del certamen. La puerta propiamente dicha se había derribado en 1864, pero la plaza con la fuente se construyó en 1929 haciendo realidad el proyecto del comisario conde de Colombí de unir la Sevilla histórica intramuros con los terrenos del certamen a través de la calle San Fernando y el Prado de San Sebastián. Para ello hubo que demoler un lienzo de muralla con casas adosadas aprovechando los beneficios fiscales de la Exposición del 29.
El Rey Alfonso XIII visitando obras en Ciudad Jardín
Ciudad Jardín
El último de los barrios construidos para albergar visitantes de la Exposición Iberoamericana, aunque éstos llegarán en número muy inferior al que se había previsto. Aníbal González había sentado las bases de un barrio, la Ciudad Jardín de la Esperanza, con vocación de ciudad jardín (sin otros usos distintos a los residenciales en un entorno de zonas verdes), pero la actual configuración de la zona obedece a la promoción de Inmobiliaria Nervión, propiedad de los herederos de los marqueses de Nervión. En total se levantaron 404 casas para 1.374 viviendas.
El barrio del Porvenir, en el margen superior derecho
El Porvenir
Otro ejemplo de barrio creado para la Exposición Iberoamericana. Sobre los terrenos del prado de San Sebastián en torno a la ermita del mismo nombre (la actual parroquia), Juan Talavera proyecta en 1914 una urbanización residencial destinada tanto a familias burguesas que ocuparían chalés individuales como a obreros para los que se construyen casas baratas. En sus aledaños se había construido dos años antes la fábrica de gas (cuyas oficinas son hoy sede del distrito Sur) siguiendo el proyecto de Aníbal González. El nomenclátor del barrio recuerda su fuerte vinculación con el certamen y los países participantes. De hecho, están las calles Exposición y Progreso además de Bogotá, Brasil, California, Colombia, Costa Rica, Filipinas, Montevideo, Río de la Plata, San Salvador y Valparaíso. La propia calle Porvenir se propuso rotularla en 1921 como Marqués de la Vega-Inclán, que finalmente no tiene reconocimiento en Sevilla.
La casa de los Luca de Tena en la avenida de la Palmera
La Palmera
La gran arteria de la ciudad que prolongaba hacia el sur la trama urbana se abrió tal como la conocemos en la actualidad para la Exposición Iberoamericana, siguiendo un proyecto del arquitecto municipal Leopoldo Carrera. Ya existía como prolongación de las Delicias de Arjona desde finales del siglo XIX, pero la gran aportación urbanística del año 29 es su consideración como ensanche de la ciudad permitiendo la ocupación de los terrenos aledaños al certamen internacional. El Ayuntamiento de la ciudad expropió los terrenos de las márgenes para dotarla de una anchura de 44 metros que permite los seis carriles de tráfico rodado en la actualidad. La normativa urbanística redactada por Juan Talavera en 1925 obligaba a la construcción de viviendas unifamiliares exentas lo que dio origen a algunas de las más significativas aportaciones arquitectónicas como la casa familiar de los Luca de Tena proyectada por Aníbal González.
Una foto de época del estadio de la Exposición Iberoamericana
Campo del Betis
El Stadium de la Exposición se construyó al final de la avenida de la Palmera para la Exposición Iberoamericana de 1929. El proyecto original del arquitecto Antonio Illanes del Río pasó por serias vicisitudes dado el déficit que acumulaba el certamen hasta que se retomó la obra con un proyecto más barato y menos ambicioso. El estadio se concluyó a finales de 1928 aunque la inauguración oficial se demoró hasta el 17 de marzo de 1929 con un encuentro internacional entre España y Portugal que acabó con un contundente 5-0 a favor del combinado hispano. La cesión al Real Betis Balompié se firmó en la Alcaldía de Sevilla, puesto que era de propiedad municipal, el 16 de julio de 1936, dos días antes de que estallara la Guerra Civil.
Fachada del Coliseo España en la Avenida de la Constitución
El Coliseo España
Actual sede administrativa de la Junta de Andalucía, el Teatro Coliseo España se levantó en la Avenida de la Constitución como culminación del ensanche del último tramo de la vía. Los arquitectos José y Aurelio Gómez Millán proyectaron un cine en 1924 aprovechando el solar que había quedado donde estaba el convento de Santo Tomás, universidad regentada por los dominicos que ocupaba la extensa manzana que se abría entre el Archivo de Indias y la puerta de Jerez. Inicialmente se llamó cine Reina Mercedes, como el tramo de la Avenida por la primera esposa de Alfonso XII, pero en los meses previos a la Exposición Iberoamericana trocó por el de Reina Victoria en honor de la consorte de Alfonso XIII. Con el advenimiento de la República, cambió definitivamente su nombre para borrar toda huella monárquica y pasó a denominarse Coliseo España, como los sevillanos lo han conocido desde diciembre de 1931 en que se reinauguró.
Exterior del Casino de la Exposición
El Casino
Sevilla tiene un casino en el que nunca se ha podido jugar. Es el Casino de la Exposición, paredaño al teatro Lope de Vega, que nunca llegó a funcionar como tal por la prohibición del juego por parte del Directorio militar de Primo de Rivera en 1924 arruinando así el proyecto original de Aníbal González. Tras la dimisión de éste en 1926, el proyectado casino se reconvirtió en pabellón de Sevilla durante la Exposición Iberoamericana ya bajo la dirección del arquitecto Vicente Traver, encargado de terminar a punto todo el conjunto de la obra pendiente para llegar a la inauguración del certamen el 9 de mayo de 1929.
La Sevilla heredada de la Exposición Iberoamericana de 1929
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