«Es muy raro que un niño se muera en casa por una varicela»

Pero los pediatras advierten de que la varicela no es una enfermedad tan benigna como se presupone. «Cada año mueren entre cinco y diez personas en España por complicaciones derivadas de la varicela . Bien porque se produce una sobreinfección bacteriana que puede acabar en una septicemia (infección de la sangre), neumonías, encefalitis o meningitis relacionadas con la enfermedad», explica Navarro.

Casi el 90 por ciento de la población que pasa por esta enfermedad tan común lo hace antes de llegar a la adolescencia, aunque también se dan casos en la edad adulta. Casi siempre es benigna y se supera tras una semana de convalecencia en la que es frecuente la fiebre, el malestar típico de un catarro y las características marcas de la piel. Los primeros 2-3 días se dejan sentir los síntomas catarrales, después aparecen las manchas y lesiones cutáneas y la fiebre que no suele durar más de tres días.

Cuando se complica y la enfermedad se agrava, la fiebre alta se prolonga más allá de esos días, los niños pueden tener problemas para respirar (neumonía) y se produce una alteración de la conciencia (problemas neurológicos). Estas complicaciones suceden en el 15 por ciento de los casos pero solo el 5 por ciento necesita ingreso hospitalario.

Todo parece indicar que la niña que falleció en el hospital Txagorritxu pudo morir por una septicemia, después de que se le infectaran las heridas de la piel. Probablemente una bacteria habitual en la piel como el streptococo acabó en el torrente sanguíneo y produjo una infección generalizada del organismo, un shock tóxico que resultó mortal. «El síntoma más común es fiebre muy alta y persistente. El paciente se deteriora porque empieza a fallar el organismo, los pulmones, el sistema nervioso...» , apunta la doctora Navarro.