La eficacia de las vacunas podría depender de la edad

Estos resultados indican que las vacunas contra la gripe podrían actuar de manera distinta en las personas mayores o incluso en aquellas que tienen el sistema inmunológico en malas situaciones, aunque los investigadores de la Universidad de Stanford (EE.UU.) creen que aún es demasiado pronto para decir si estas diferencias vuelven a las vacunas más o menos efectivas.

La vacunación es como una especie ejercicio previo que sirve de entrenamiento para que nuestras defensas esté preparadas ante invasores, como virus o bacterias. De alguna manera, las células B, y sus anticuerpos, se mejoran para hacerse más específicas frente a los virus debilitados o muertos que hay en una vacuna. Así, son capaces de formar los anticuerpos más efectivos y de desarrollar un repertorio de respuestas potenciales entre una infección.

Anticuerpos

Lo que ha hecho el equipo de Ning Jiang es analizar los repertorios de anticuerpos en muestras de sangre extraídas de 17 voluntarios sanos que había sido inmunizados con vacunas contra la gripe estacional de 2009 y 2010. Los voluntarios fueron reclutados entre tres grupos de edades diferentes: niños de 8 a 17 años, jóvenes de 18 a 30 años e individuos mayores entre 70 y 100 años de edad.

Gracias a la tecnología de secuenciación de ADN de alto rendimiento, los investigadores han realizado «un conteo» de los anticuerpos cuando se produjo «el pico» de la respuesta inmunológica de los voluntarios a la vacuna. Así, apreciaron diferencias significativas en la composición de los anticuerpos en función de la edad.

Sistema inmune

Después de contar los anticuerpos, los investigadores, compararon y agruparon los anticuerpos que posiblemente evolucionaron a partir del mismo ancestro. De este modo, d escubrieron que el número de distintos tipos de anticuerpos en el sistema inmunológico se reducía con la edad . Es decir, los sistemas inmunológicos más mayores tenían menos armas para escoger.

Los resultados sugieren que las vacunas contra la gripe podrían actuar de manera distinta en los ancianos. Ahora, Jiang reconoce que el estudio no quiere decir que los ancianos dejen de recibir las vacunas. Más bien, subrayan, las personas mayores deberían reducir cualquier actividad que pudiera incrementar su exposición al virus de la gripe.