Los jugadores piden el apoyo del Bernabéu

A cuatro puntos del Barcelona, sus hombres no dieron por perdida la Liga y sacaron buenas conclusiones de la tristeza del empate. «Jugando así venceremos a la Juventus», adujo Isco, autor del segundo tanto madridista. «Hemos estrellado tres remates en los postes y fallamos un penalti, no podemos tener tanta mala suerte del miércoles», reflexionaba Pepe. «Con la ayuda del Bernabéu y con este fútbol de ataque ganaremos en la Champions», pronosticó Carvajal. Era el ambiente reinante en el vestuario. Su jefe, Ancelotti, fue el primer valedor de esa vuelta de terca positiva : «No puedo pedir más a mis hombres. No tuvimos fortuna en el remate. Si jugamos así tenemos que clasificarnos para la final de la Champions, no podemos sufrir más cosas en contra», sentenció.

La esperanza de contar con Kroos era una noticia que se sumaba al mensaje de la plantilla, que veía la botella blanca medio llena. Dentro de la caseta, no obstante, había un hombre que no era feliz: el capitán, Casillas. Fue silbado injustamente por dos goles de los que era el menos culpable. Fallaron los marcajes. A Íker le esperan demasiados aficionados que no le quieren. El guardameta hizo un gesto en pleno partido que delató que ya ha tirado la toalla en este capítulo. Al final, el equipo fue aplaudido por el público y los jugadores se quedaron en el centro del campo para corresponder a ese reconocimiento. Menos Casillas. Se marchó al vestuario. Un hecho que dice muchas cosas.