El Real Madrid juega en el estadio del futuro

La marca cervecera Veltins se ocupó de la remodelación del estadio en una cuantía de 180 millones de euros y montaron una obra de ingeniería que es una obra de arte. Para empezar, es un campo que tiene un césped retráctil. Es decir, te vas un día de diario y te encuentras un pedazo de hormigón en lugar donde debía estar el campo, que se encuentra cuidado y replegado fuera del estadio, en uno de los enormes aparcamientos para que tome el sol y se cuide a la perfección. Se tardaN doce horas en mover la maquinaria para que el césped ocupe su lugar. Se trata de una plancha de 10.000 toneladas que se guía por unos carriles de 30 centímetros de ancho y 200 de largo. Cada salida y entrada del césped cuesta unos 12.000 euros, pero eso sirve para que el estadio se pueda emplear en otra serie de eventos que producen pingües beneficios al Schalke: congresos, conciertos, (en uno de U2 llegaron a meter 140.000 personas en el recinto), partidos de hockey (el partido inaugural del Mundial de 2001 metió a 78.000 aficionados en el campo), carreras de velocidad y hasta misas.

Además del césped, el techo también es retráctil, de teflón, que se abre en dos partes y tarda unas cuatro horas en hacerlo. El nuevo estadio Bernabéu, que ha utilizado parte de este estadio como modelo, lo hará en solo quince minutos. Por otro lado, tiene cuatro paneles gigantes que hacen de marcador luminoso, al estilo de los que hay en la NBA. Asimismo, el estadio tiene varias cafeterías, restaurantes y un total de 70 salas VIP.

El estadio tiene una capacidad de 54.140 espectadores para partidos de carácter internacional, pero se puede ampliar a 61.700 en los encuentros de la Bundesliga Y casi todos beben cerveza (Veltins evidentemente). De hecho, según los últimos cálculos el promedio de venta por partido es de 40.000 litros, casi a litro por espectador.