'MasterChef' junta a una extraña pareja y liquida a un aspirante muy querido por culpa de un plato a lo Ikea
Yannick ha colgado el delantal al presentar una réplica fallida del emblemático 'poulet de Bresse en vessie', plato del chef francés Paul Bocuse
Jokin y Luismi fueron la pareja que mejor lo hizo en la prueba de repostería durante la octava gala de 'MasterChef 10'
Se cumplió la peor pesadilla de los aspirantes de ‘MasterChef’. No habían tenido suficiente arrancando la noche con una prueba de replicar tartas de boda imposibles, no; para rematar la noche, a Pepe y Jordi se les ocurrió coger la batuta ... de la capitanía del exterior…con los ojos tapados ¿Qué podía salir mal? Pues por ejemplo, que se armara un tremendo berrinche de patio de colegio o que acabara en la calle uno de los favoritos.
Noticias relacionadas
La décima edición del ‘talent’ de cocina emitió este lunes 13 de junio su octava entrega. A estas alturas del concurso solo Yannick, Claudia, Jokin, David, Luismi, María Lo, Verónica, Adrián y Patricia , la repescada , continuaban en la competición. A excepción del concursante mitad murciano mitad belga, el primer reto les suponía a todos enfrentarse a su talón de Aquiles. No solo se trataba de repostería, sino de elaborar el pastel nupcial soñado por varias parejas en su gran día. O más bien, replicar.
Además, en parejas formadas al azar. Jokin y Luismi se encargaron de una tarta sin gluten, como gesto de buena voluntad hacia el bombero, que es celíaco. A Patricia y Adrián , por su parte, les cayó en suerte la elaboración más compleja, la de un ‘fondant’ negro y de detalles temática mexicana. Parecida a la de ‘fondant’ de Claudia y Verónica, aunque de temática superhéroes.
En cuanto a David y María Lo, les tocó una complicada tarta vegana en la que no podían usar ingredientes a priori esenciales como los huevos o la mantequilla. Por último, a Yannick , acompañado de Amelicius , aspirante de la última edición, una tarta sin azúcar.
Como era de prever, el resultado se pudo resumir en desastre total. La cata acabó concluyendo en un desfile de bizcochos crudos y elaboraciones horripilantes. «Esta prueba ha sido más comedia que repostería. Lo que habéis hecho no tiene nombre», enfatizó Jordi Cru z.
Al menos el jurado se tomó la catástrofe culinaria con humor. «Si tuviera que ponerle el título de una película sería ‘Cuatro bodas y un funeral’» , agregó Pepe . «Este reto no debería de haber sido complicado, porque además contabais con la receta y trabajabais en pareja, ni siquiera teníais que crear una tarta, teníais que replicar una», apostilló Samantha.
Solo se salvó la tarta de una pareja. Contra todo pronóstico, la de Jokin y Luism i recibió todas las alabanzas de los chefs. La euforia por el trabajo bien hecho merecía el beso de novios con el que celebraron el triunfo.
La prueba más ‘ecofriendly’
Para contrarrestar la sobredosis de azúcar de la primera prueba, la de exteriores las jueces la dedicaron a la comida saludable. Desde la granja ecológica Los Confites, ubicada en Jarandilla de la Vera (Cáceres), los equipos recibieron el encargo de replicar un menú sostenible del chef Rodrigo de la Call e (2 soles Repsol).
Hartos de escuchar lo difícil que es la capitanía, Pepe Rodríguez y Jordi Cruz se pusieron al frente de las cocinas a fin de darles una lección. Tapándose los ojos, demostraron que un buen chef es capaz de dirigir un servicio incluso a ciegas.
Jokin , como mejor aspirante de la prueba anterior, formó los equipos. Sin pensárselo, el vasco escogió para el rojo a Adrián, David, María Lo y Verónica . Salmorejo de zanahorias y tarta tatin de apionabo con mousse de café y limón fueron los platos encomendados, con Jordi como jefe de cocina.
A las órdenes de Jordi , los azules ( Patricia, Claudia, Luismi y Yannick ), elaboraron un tartar de remolacha con flores de anciano y una menestra de verduras. Eran uno menos, y además, contaban con una Patricia muy poco dispuesta a entenderse con sus compañeros desde el primer momento. «Me dan un poco de pereza, no estoy para tonterías. Yo tengo muy mala leche, así que ya los callaré yo si hace falta», amenazó. Pepe no tarda en pedir que para la próxima prueba, le tapen los oídos en vez de los ojos.
En tanto, la repescada continuó gritando; en un intento de hacerla callar, acabó enzarzándose contra Claudia como en un patio de colegio. La bronca acabo yéndose de madre, hasta el punto de que el juez optó por amenazarlas con expulsarlas de la prueba.
Y sin embargo, a los rojos el postre se les cruzó desde el minuto uno. «A 'MasterChef' hay que venir llorado», reprochó Samantha al percibir el panorama de desánimo. Pero Verónica , la responsable de la tarta, acabó derrumbándose tras cometer una serie de catastróficos errores. «Fruto de su propia inseguridad, según Jordi. «Teníamos un postre que exigía delicadeza, precisión, sensibilidad, y quiero que quede claro. Para mí ha sido una apuesta personal de confianza y para ti ha sido un 'van a por mí’. Has querido hacerlo tan bien que al primer fallo, dinamitada».
Por su parte, Pepe criticó a Claudia y a Yannick su lentitud, resaltando en cambio el trabajo de Patricia y Luismi . «Unos iban en quinta y otros en tercera, pero estoy muy contento con mi coche, porque funciona», afirmó.
No hubo equipo ganador, sino cuatro delantales negros a repartirse entre los propios aspirantes. Siendo congruentes con el veredicto, les tocó quedárselos a Verónica, María Lo, Yannick yClaudia.
Pollo 'a la vejiga'
En la última prueba de la noche, la más determinante, un pollo esperaba a los aspirantes debajo de las campanas misteriosas. A fin de evitar la expulsión, ‘MasterChef’ r etó a los delantales negros a reproducir uno de los platos más emblemáticos del chef francés Paul Bocuse : el ‘poulet de Bresse en vessie’. El chef Albert Boronat les contó los secretos de esta receta, incluida en la carta de su restaurante Ambassade de Llívia (Gerona). La creación se elabora con la técnica conocida como ‘vessie’, es decir, el ave se cocina en su propio jugo dentro de una vejiga.
Hasta a Jordi , que aceptó el desafío de estrenarse en esta técnica, se le rompió la vejiga y tuvo que repetirla.
Aunque la peor parada fue María Lo. La aspirante se quemó el brazo al introducir el pollo en la olla, por lo tuvo que interrumpir brevemente el cocinado para que la curasen. A pesar del percance, la gaditana logró recuperar el tiempo perdido y cocinar con seguridad y eficacia. «El plato está muy por encima de lo que te he visto trabajar. Está muy rico y jugoso», destacó Pepe.
Todo lo contrario a Verónica , que confiaba en su plato y se cayó con todo el equipo por no querer desprenderse del pin de la inmunidad. «Esto no es minimalismo, es mínimo», reprendió Jordi .
El siguiente en presentar su plato fue Yannick , que le dedicó su ‘Pollo sueco’ a la famosa empresa de muebles en la que trabaja. Un nombre que le vino al pelo, dado que todos los elementos estaban sin encajar, como le reprocharon en la cata. «El pollo no sabe a nada, está plano; al puré de patatas le falta leche; y no tiene salsa».
Una crítica que también le hubiese servido al pollo «insípido y descafeinado» de Claudia .
Así pues, solo la salvación de María Lo estaba clara, cualquier de los tres aspirantes restantes era candidato a la expulsión. Por los pelos, no obstante, los jueces se decantaron por Yannick. «Prefiero tomarme todo lo positivo que he ganado aquí, que centrarme en lo que no pudo ser», comentaba el que ha sido de los concursantes más queridos por el público.
Por eso, se lleva lo aprendido y una experiencia que le marca un antes y un después. «No todo sale siempre bien y no pasa nada, como persona nunca dejas de aprender. La cocina es muy bonita y me gustaría dedicarme a ella en algún momento».
Ver comentarios