'El informe Auschwitz', el documento secreto sobre las atrocidades nazis que el mundo ignoró

Fueron deportados al campo en 1942 y, tras un año de meticulosa planificación, el 10 de abril de 1944 consiguieron sortear las rejas nazis. Huyeron de la muerte, pero nunca olvidaron lo que dejaban atrás. Querían acabar con el genocidio, contarle al mundo las atrocidades con las que Adolf Hitler pretendía extinguir a los judíos .

Con el convencimiento de quien ha vivido el horror y quiere librar al resto del mundo de él, escaparon con información privilegiada sobre los campos de concentración, que condensaron en un documento sobre Auschwitz-Birkenau y su estructura, mostrando al mundo parte del infierno de esa cárcel donde las personas dejaban de ser personas y eran solo números.

Su arriesgada misión, que salvó a 120.000 judíos de la muerte y del ostracismo, se aborda en la película ‘El informe Auschwitz’ , dirigida por el eslovaco Peter Bebjak , que recupera la odisea de esos dos judíos que, fuera del campo, libraron una batalla casi tan ardua como de puertas para adentro: la de la credibilidad en un mundo que se negaba a creer que una matanza de tal envergadura pudiera ser real. El filme, que se estrena este viernes en cines, relata la historia real de estos «dos héroes» gracias a cuyo empeño y valor, además de salvar vidas, consiguieron que Hungría abortase el traslado a Auschwitz .

Alfred Wetzler y Rudolf Vrba completaron su documento, conocido como ‘Protocolo de Auschwitz’ o ‘El libro de Auschwitz’ , pocos días después de escapar del campo de concentración. En sus 32 páginas, escritas a mano por el doctor Oscar Krasniansky de la Judenrat eslovaca, ofrecieron detalles útiles para desenmascarar los horrores a los que los nazis sometieron a cientos de miles de personas. Fue uno de los primeros intentos para estimar el número de personas muertas en uno de estos campos y, en él, se determina la geografía y la administración de estos lugares, se desglosan los vehículos que habían llegado a Auschwitz desde 1942, su procedencia y los números de los que fueron elegidos para trabajar en las cámaras de gas .

El objetivo de la pareja de fugados era hacérselo llegar a los aliados, pero el alcance de la tiranía nazi fue cuestionado hasta por las personas más incrédulas. Después de toda una aventura, en la que el informe corrió el riesgo de caer en el olvido, los horrores descritos comenzaron a calar y ganaron alcance, gracias a su traducción a numerosos idiomas.

Wetzler y Vrba consumaron su huida, pero no sucedió lo mismo con sus compañeros de los barracones polacos, y es ahí donde ‘El informe Auschwitz’ no escatima recursos para retratar la brutalidad que tuvieron que soportar cientos de miles de judíos . «Nunca seremos capaces de capturar verdaderamente todo el dolor, el miedo y la angustia. Solamente podemos intentarlo. Pero lo más importante es que tenemos clara la imagen de lo que queremos conseguir, ya que no podemos permitirnos que se repitan de nuevo los mismos errores», asegura el cineasta, que contó para el rodaje con actores de Alemania, Polonia, Eslovaquia, República Checa e incluso Gran Bretaña con el fin de mostrar «esa especie de torre de Babel de diferentes idiomas y etnias» que era la vida en Auschwitz.

«Lo más duro debió haber sido no perder la esperanza. Los que sobrevivieron perdieron todo lo que habían conocido . Perdieron sus familias, sus seres queridos e incluso su identidad, que fue sustituida por un número. Agarrarse a la esperanza y resistir a ese sentimiento de condena inevitable debió significar una especie de liberación de la miseria que suponía la vida en el campo de concentración. Mantener el instinto de supervivencia, eso es lo que imagino que debe haber sido lo más duro. El límite entre ambos es muy frágil y muy estrecho», explica en las notas de producción de 'El informe Auschwitz’ el actor Noel Czuczor , que interpreta a Freddy.

Las escenas en el campo de concentración son las más potentes para Peter Bebjak, consciente del sufrimiento que tuvieron que soportar en Auschwitz los prisioneros. «La muerte era una presencia absolutamente imborrable en sus vidas. Con un minuto que saliera el sol, ellos se sentían aunque fuera muy brevemente como personas normales. Pero después las nubes negras regresaban», reconoce el director de la película eslovaca.

El cineasta insiste en la importancia de no olvidar el pasado para no volver a cometer los mismos errores en el presente . De ahí que, mientras aparecen los créditos en pantalla, se haga eco del poder del odio en la sociedad actual, como una forma de advertir del peligro de este tipo de actitudes. «La frustración, el miedo, la incertidumbre… todo esto crea una tierra fértil para el extremismo. Vivimos en una época de paz, especialmente si la comparamos con el siglo XX, y parece que hemos olvidado qué es lo que se siente cuando a diario se teme por nuestras vidas o por las vidas de nuestros seres queridos; lo que se siente al tener que esconder nuestra raza, nuestras creencias religiosas o nuestra orientación sexual. Hemos olvidado lo que significa ser perseguido y, por ese motivo, necesitamos mirar atrás, a los errores pasados de la humanidad », reconoce Bebjak.