Crítica de «Volando juntos»: Planeando con gansos
Más que una película, el largometraje parece un documental de dos horas de National Geographic
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Iniciar sesiónInspirada en hechos reales, esta película a lo que se parece es a un programa alargado (hasta las dos horas) de algún canal tipo National Geographic. Con una diferencia en su contra: mientras que en ese tipo de programas lo que interesa son los ... animales, aquí se les rodea de un pequeño elenco de actores perfectamente olvidables y de una trama en la que no se insiste mucho (eso es casi una virtud) de reconciliaciones varias entre padre e hijo, divorciado y divorciada, subvencionador y subvencionado…
Otro problema es que los animalicos en cuestión son una docena de ocas. Aunque ha dado lugar a piezas como el ballet de Ravel «Ma mère l’oye», la oca es un animal poco expresivo, más allá de su cua cua, que solo se revela fotogénico cuando vuela estirado. Y hay un número limitado de veces que podemos aguantar bellas imágenes de la bandada en formación, con música siempre a punto de incurrir en leso delito de Enya o Vangelis. Más interesante es el tema de la impronta o el apego que pueden tener por el primer humano al alcance del pico: así, el chaval protagonista se convierte, invirtiendo el título de Ravel, en mamá de un palmípedo al que bautiza Aka. Pero eso, y todo lo demás que vemos en la película, tiene poco recorrido , mucho menos que el que cumplieron en la vida real con un noble propósito ecologista que no vamos a destripar aquí. Pero a mí me hacen más gracia los gatos.
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