Suscríbete a
ABC Cultural

Crítica de «Sobre lo infinito»: El gabinete del Dr. Anderson

Andersson aparenta una postura más bien existencialista, de cierto pesimismo sobre la, ejem, especie humana. Pero hay también destellos de calor humano, y de humor

Imagen de «Sobre lo infinito»
Antonio Weinrichter

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Ficha completa

El cineasta sueco Roy Andersson es un orfebre que se toma su tiempo (su anterior título ya tiene un lustro) para manufacturar piezas con un estilo muy singular. Ensambla viñetas rodadas en un solo plano fijo, sin montar ni mover la cámara, encuadradas ... desde un ángulo lateral, sin primeros planos, y con un trabajo de dirección artística y de tratamiento del color que solo cabe calificar de absolutamente primoroso. Si recaigo en este tipo de descripción formal es porque, en este caso, el estilo lo es todo: es lo que da sentido a la obra y la fuente de la fascinación que produce (o, en su caso, rechazo: como siempre, el amable lector, si lo tuviera, queda avisado).

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia