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ABC Cultural

Crítica de «Bloodshot»: Las 7 vidas de Robovin

No esperen encontrar aquí nada del sarcasmo y la mala baba que Verhoeven imprimió a «Robocop» y «Desafío total»: este cine de acción extrema no está para sutilezas

Vin Diesel en «Bloodshot»
Antonio Weinrichter

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Los fans de Vin Diesel están de enhorabuena: según nos cuenta esta película, ya existe un método para resucitarle aunque le maten y así poder ofrecer nuevas aventuras suyas indefinidamente. La cosa tiene que ver con unos minúsculos nanorobots que insertan en su ... flujo sanguíneo y que reparan en cosa de segundos, qué digo, nanosegundos los estropicios que puedan haberle hecho los malos. Los villanos aquí parecen empezar siendo los no-blancos de rigor, africanos por más señas, pero luego la cosa deriva hacia ese otro «motif» tan caro al cine de acción: una malvada corporación local (léase, americana), o quizá (para)gubernamental, a cuyo frente aparece un Guy Pearce en su modo de malo suave pero letal . Es el único actor sin cachas y hasta con gafas que aparece en toda la película, luego está claro que su opción no es la fuerza bruta.

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