COMPLEMENTO CIRCUNSTANCIAL
No es lo mismo
Es miembro de un Gobierno que eleva, año tras año, la edad de jubilación y condena a los autónomos a trabajar hasta casi el último aliento
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Iniciar sesiónEmpieza julio y llegan los clásicos de siempre. No, no me refiero a los memes de Julio Iglesias que ya forman parte de lo cotidiano, tanto, o más, que las rebajas o los campamentos urbanos de verano que se han convertido en la prórroga del ... curso escolar, normalizando en muchos casos una situación que debería ser absolutamente excepcional. Pero, como le he dicho antes, no van por ahí los tiros. Yolanda Díaz, nuestra vicepresidenta, suele utilizar estas fechas –año tras año- para abrir debates tan estériles como perversos, que obedecen más a técnicas de distracción que a demandas reales de la sociedad. Si el año pasado la ministra caía en la cuenta de que «no es justo que una persona que está en un andamio trabaje a los 65 o a los 67» –algo que ya todos sabíamos - y se ofrecía personalmente a promover la jubilación a los 65 años para colectivos como el taxi, la construcción y las empleadas de la limpieza –algo que, evidentemente, todos sabíamos que no haría-, este año nos ilustra con otro de sus grandes pensamientos: «no es lo mismo trabajar a los 40 que a los 67 años». Y tanto que no es lo mismo.
Yolanda Díaz, que de trabajar no sé si sabe mucho, es experta en el arte de Perogrullo, o lo que es lo mismo, en decir obviedades. Según ella, hay un debate pendiente en este país - ¿uno solo? - y es el de la edad de jubilación. Claro que lo que no dice es que ella es miembro de un Gobierno que eleva, año tras año, la edad de jubilación y que condena a los autónomos a trabajar hasta casi el último aliento; eso no por no entrar en materia sensible y hablar de aquello de la «hucha de las pensiones» que, al ritmo que vamos, debe estar en las últimas.
Claro que no es lo mismo, trabajar en la vendimia que en un despacho y tampoco es lo mismo «el marisqueo que la oficina»; y por supuesto, no es lo mismo trabajar a los cuarenta años que a los sesenta y siete, sea el trabajo que sea. No hace falta que venga Yolanda Díaz a decirlo, ni que nos recuerde que hay colectivos en nuestro país que deberían «irse antes a su casa para poder vivir la vida», entre otras cosas, porque esa no es la responsabilidad del Gobierno. La responsabilidad del Gobierno es la de establecer una edad límite en la edad de jubilación que permita un relevo generacional y no propicie que nuestros jóvenes accedan al mercado laboral de manera estable con más de treinta años, impidiéndoles así que puedan completar una vida laboral – los treinta y ocho años cotizados que se necesitan ahora- que les permita cobrar una pensión de jubilación en condiciones.
Porque nosotros, al fin y al cabo, podremos disfrutar de lo trabajado. Pero no quiero pensar qué será de nuestros hijos y hasta qué edad tendrán que cotizar para tener una pensión más o menos digna. Y esto, que no lo dice la eternamente Yolanda, es «el debate que ha de darse».
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