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COMPLEMENTO CIRCUNSTANCIAL

Los hijos que no tuvimos

No hay un repuesto generacional que garantice el equilibrio económico de nuestro país

Yolanda Vallejo

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Las opiniones son todas cuestionables, pero los datos son incontestables y, muchas veces, demoledores. Y los datos —los del INE— dicen que estamos a las puertas del invierno demográfico. España es el país, solo por delante de Malta, donde menos nacimientos se producen, y donde ... la esperanza de vida no solo nos ha echado años —y achaques— encima, sino que ha invertido la pirámide poblacional hasta poner en peligro la renovación generacional. Dicho así parece un drama, pero aún lo es más, si se analizan las causas por las que en nuestro país nacen cada vez menos niños. El treinta por ciento de las mujeres nacidas a partir de 1985 no tendrá hijos, ya sea por la precariedad laboral, por cuestiones económicas, por infertilidad —poco se habla, pero es uno de los problemas más habituales, y los cuarenta y cinco años no son los treinta y cinco—, por la vivienda o por aquello de la «opción personal» que va desde la falta de compromiso —solo hay que ver el descenso constante del número de matrimonios y parejas de hecho— a las aspiraciones individualistas —lo de las carreras de éxito, y la proyección profesional, ya sabe—, pasando por la preocupación medioambiental de esta generación Greta Thunberg que defienden que, para salvar el planeta, es mejor tener una mascota que un niño. Antinatalistas se llaman, y se quedan tan tranquilos.

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