Resistencia
Es la hora de dar la cara. En las instituciones, en la sociedad civil, en las organizaciones profesionales y empresariales
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Iniciar sesiónLo más inquietante de la salida del Rey Emérito de España es la intuición generalizada de que, pese a su indudable trascendencia histórica, esta noticia es solo un episodio circunstancial en una operación de mucha mayor envergadura. La extrema izquierda no oculta que su objetivo ... es el derrocamiento del régimen constitucional y especialmente una Corona que representa la prevalencia de las instituciones sobre los partidos y supone un punto de encuentro de los españoles por encima de sus diferencias ideológicas. El entusiasmo con el que la izquierda recibió ayer en redes sociales el exilio voluntario del Rey evidencia que su marcha no es un asunto judicial -de hecho, Don Juan Carlos sigue a disposición de eventuales actuaciones de la Fiscalía- sino político, y que su salida al extranjero supone una batalla ganada en la guerra por la demolición de los pilares que han sostenido a esta nación durante las últimas cuatro décadas.
El principal garante del régimen de libertad públicas del que gozamos debería ser el Gobierno, pero su actuación en defensa del modelo constitucional es poco fiable por la naturaleza de sus socios: unos, los comunistas, son abiertamente beligerantes contra la monarquía parlamentaria; otros, los socialistas, han demostrado que bajo la dirección de Pedro Sánchez carecen de cualquier principio ideológico y que su actuación flucturará en función de los intereses coyunturales de cada momento. La realidad, por tanto, es que existe una ofensiva real contra los pilares del Estado y que el posicionamiento del propio Gobierno ante la amenaza es más que cuestionable.
Así que es la hora de dar la cara. En las instituciones, en la sociedad civil, en las entidades profesionales, en las organizaciones empresariales. En el hogar de cada español que se sienta en deuda con un modelo político que nos ha proporcionado una paz y bienestar sin precedentes en los últimos 300 años de historia de nuestro país. Es el momento de implicarse, de olvidarse de temores a señalarse o a posibles repercusiones negativas. Hay que dar un paso al frente para mantener un concepto de nación que, con sus fallos y miserias, ha permitido que cada generación haya vivido mejor que la anterior. Hay que fajarse en la defensa de un país que se ha ubicado con esfuerzo entre las principales potencias del mundo desarrollado. Porque el progreso no es algo garantizado eternamente, sino un proceso que exige la implicación permantente de todos. Los comunistas y los nacionalistas no ocultan el modelo por el que apuestan: una España rota y sin libertades. Si no estás de acuerdo, no te calles, lucha por defender lo que tienes. Nos están atacando y hay que conformar la resistencia. Porque como se salgan con la suya, el exilio no va a ser solo cosa de reyes.
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