tribuna abierta
Obesidad y malnutrición
Las causas de la obesidad son complicadas e incluyen factores genéticos, biológicos, del comportamiento y culturales
La obesidad es la forma de malnutrición más común en la mayoría de países y afecta a una de cada ocho personas en el mundo. El pasado 4 de marzo se celebró el día de la obesidad y la prestigiosa revista The Lancet, publicó unos ... resultados desalentadores pues confirmaban que más de 1.000 millones de personas incluyendo niños, adolescentes y adultos viven con obesidad.
Para llegar a esa conclusión los investigadores analizaron el peso y la talla de más de 220 millones de personas a partir de los cinco años de edad procedentes de más de 190 países. Este estudio contó con la participación de 1.500 científicos que analizaron el índice de masa corporal (IMC), la obesidad y la insuficiencia ponderal en todo el mundo en un tiempo que iba desde el año 1990 al 2022.
Entre las principales conclusiones del estudio se encuentra el que la obesidad en los adultos se ha duplicado desde 1990 y se ha cuadruplicado entre los niños y adolescentes con edades comprendidas entre los 5 y 19 años. En el año 2022 el total de niños y adolescentes con obesidad era algo menos de 160 millones, frente a los 31 millones de 1990. Por otro lado, y según los datos de la Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), 4 de cada 10 niños tienen exceso de peso. Concretamente, el 23,3% padece sobrepeso y 17,3% obesidad. De hecho, se estima que el 80% de los adolescentes con obesidad continuarán padeciéndola durante su edad adulta, lo que multiplica el riesgo de desarrollar patologías asociadas a la misma, como diabetes tipo 2, además de patologías cardiovasculares o renales, entre otras.
Las causas de la obesidad son complicadas e incluyen factores genéticos, biológicos, del comportamiento y culturales. Básicamente la obesidad ocurre cuando una persona come más calorías que las que el cuerpo quema. Si un padre es obeso, hay un 50% de probabilidad de que los niños sean también obesos. Sin embargo, cuando ambos padres son obesos, los niños tienen un 80% de probabilidad de ser obesos. Aunque algunos desórdenes médicos pueden causar la obesidad, menos del 1% de todos los casos de obesidad son causados por problemas físicos.
La obesidad en los niños y adolescentes puede estar relacionada con sobrecomer o perder la capacidad para parar de comer (binging), falta de ejercicio, historial de obesidad en la familia, enfermedades médicas, medicamentos, cambios en la vida que les causan mucho estrés (separaciones, divorcio, mudanzas, muertes, abuso…), problemas familiares o de los padres, baja autoestima y depresión u otros problemas emocionales.
También hay que tener presente que el sobrepeso y la obesidad a menudo genera que el niño comience a padecer problemas de salud que antes se consideraban problemas de adultos, como la diabetes, la presión arterial alta, el colesterol alto y dificultades al dormir. La obesidad infantil también puede generar baja autoestima y depresión.
Frente a todo esto está la desnutrición que, aunque afortunadamente van descendiendo las tasas, sigue siendo un problema de salud pública en muchos lugares, sobre todo en el sudeste asiático y el África subsahariana. En pleno siglo XXI, la desnutrición infantil sigue siendo una de las principales amenazas para la supervivencia, la salud y el crecimiento de millones de niños. Cada día, 13.800 niños y niñas menores de 5 años mueren por causas que podemos evitar y casi la mitad de estas muertes infantiles están relacionadas con la desnutrición. En 2021 el número de personas con hambre en el mundo alcanzando los 828 millones.
Por todo ello, es fundamental apoyar prácticas saludables desde el primer día incluyendo la promoción, protección y apoyo a la lactancia materna, normativas sobre la comercialización nociva de alimentos y bebidas dirigidas a niños, iniciativas para regular la venta de productos de alto contenido en grasas, azúcares y sal, campañas públicas de educación y concienciación sobre dietas sanas y ejercicio físico, etc.
Es fundamental alcanzar los objetivos mundiales de reducción de la obesidad y para ello se necesita el compromiso del gobierno y de las comunidades apoyando las políticas basadas en las pruebas científicas de la OMS sin olvidar que para conseguir el éxito es necesario que se mejore la disponibilidad y asequibilidad de alimentos sanos y saludables, ya que comer sano es caro y el encarecimiento de los alimentos en los últimos años no nos ha ayudado en nada.
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