EN LÍNEA

La reina de la demagogia

Montero habla de la sanidad andaluza como si nunca hubiera pasado por allí. Y el problema es que pasó

La labor de oposición en la política española en general, desde hace ya algunos años, viene cargada de exageraciones, teatralidad y tics populistas que huelen a kilómetros a estafa o, como poco, a media verdad malintencionada. De eso no se ha salvado ningún partido. Pero ... la dinámica que atraviesa el PSOE andaluz desde que es teledirigido por la vicepresidenta del Gobierno María Jesús Montero, candidata a la Junta a tiempo parcial de viernes a domingo, es sencillamente esperpéntica a tenor del nivel demagogo que han adquirido sus argumentos contra el Gobierno regional del popular Juanma Moreno. Los errores del actual gabinete autonómico con los cribados del cáncer de mama han sido graves, groseros e inexcusables, tanto que han costado la cabeza, con razón, a quien lideraba la Consejería de Salud. Pero más allá de la lógica y necesaria crítica política de un oponente, el socialismo regional está lanzado a una carga sin sentido alguno de la medida, entre hiperbólica, chirriante y chabacana, fiel al aire histriónico de su jefa.

Con verdadera desfachatez, los representantes del PSOE hablan del «peligro» para «la vida de las mujeres» poco más o menos como si se estuviera cometiendo una matanza. Vidas que, por cierto, valen lo mismo que las de todos los enfermos de todas las otras dolencias, incluida la ELA, cuyos enfermos han tenido que denunciar a Sánchez por incumplir la Ley. Con impudicia, sí, y también con memoria selectiva, porque un somero repaso a los registros judiciales permite concluir que en la etapa de consejera de Salud de la ministra que ahora vocifera las negligencias fueron numerosas, incluso con resultado de fallecimiento. No caben las sentencias contra el SAS en un baúl. Sin embargo, en un ruin ejercicio de hipocresía, la socialista ahora toca a rebato por los fallos en comunicaciones con las pacientes siendo, además, la autora del protocolo en vigor. A todas luces tan ineficaz como quiénes debían haberlo corregido.

La reina de la demagogia tiró también de manual frentepopulista el fin de semana y en un delirante mitin reclamó un sistema sanitario en el que «se acuesten en la misma habitación el hijo del obrero y del empresario». Como si eso no ocurriera, por cierto. Lo proclamó la dirigente que ha protagonizado en la región los mayores recortes sanitarios y quien destinó el mayor porcentaje de sus presupuestos cuando era responsable del área a conciertos con las clínicas privadas. Pero da igual, todo da igual y el rigor o los precedentes en la gestión quedan solapados. Montero habla de la sanidad andaluza como si nunca hubiera pasado por allí. Y el problema es que pasó. Nadie tiene ya la esperanza de pedir una oposición constructiva, pero sí debería tenerse en cuenta el currículum en ciertas posiciones.

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