La Alberca

Un error muy grave

Es mentira que el fallo lamentable en el cribado se deba a privatizaciones, pero todo vale actualmente en política

EL «error muy grave» que el propio Juanma Moreno reconoce que se ha producido en el cribado del cáncer de mama en Andalucía obliga primero a corregir el protocolo y después a depurar responsabilidades. Hace bien el presidente de la Junta en reconocer el lamentable ... fallo de la sanidad pública andaluza y en poner soluciones inmediatas porque proteger la confianza en el sistema tiene que ser el primer objetivo político siempre. Pero cuidado con llevar el caso al debate ideológico o partidista con datos falsos porque se le puede acabar dando la razón a quien ha cometido el error. Desde que conocimos el fallo injustificable del SAS, se ha extendido el mantra entre los adversarios del PP de que esto se debe a la supuesta privatización de la sanidad que está llevando a cabo Moreno. Y eso es una mentira como un templo. Andalucía gasta en conciertos sanitarios privados el 4,4% del presupuesto total dedicado a Salud frente al 8,6% de la media de España. La Generalitat de Cataluña que preside el exministro de Sanidad, Salvador Illa, le dedica a las privadas el 22% de su presupuesto. Y Navarra, Asturias y Castilla-La Mancha, todas ellas gobernadas por líderes socialistas, invierten entre el 5 y el 6,5%. Estos son datos, no relatos, ofrecidos oficialmente por el propio Ministerio de Sanidad. Por lo tanto, en el cribado del cáncer de mama en Andalucía no cabe el sesgo ideológico. Lo que hay aquí es un problema muy grave de gestión que afecta a una cartera concreta del gobierno autonómico. Y lo más riguroso es preguntarse si es actual o histórico antes de sacar conclusiones definitivas.

Algunos han olvidado muy rápido el aluvión de críticas que recibió el gobierno de Susana Díaz por su gestión sanitaria, que llegó a poner en la calle a miles de empleados públicos andaluces para protestar contra un sistema plagado de deficiencias. Las llamadas 'mareas blancas' fueron la puntilla para un régimen herido por la corrupción de los ERE y por el abuso inherente a la perpetuación excesiva en el poder. Y todos los medios publicamos entonces decenas de condenas al SAS por no haber diagnosticado a tiempo enfermedades que acabaron con la vida de los pacientes. Ahí está la hemeroteca. Los errores de diagnóstico por falta de recursos o por protocolos mal establecidos no son nuevos. Por supuesto que esto no justifica el fallo detectado ahora, que insisto en que exige dimisiones, pero sería bueno que quienes alcen la voz tengan el expediente limpio y, si no lo tienen, arrimen el hombro para solucionarlo, que es lo verdaderamente importante para quienes viven hoy en la zozobra de no saber si su prueba médica se hizo bien o no.

Desgraciadamente, ahora todo vale en política. El gobierno debe dar explicaciones a la oposición, y por ende a los ciudadanos, sin reproches. Y la oposición debe fiscalizar al gobierno y denunciar sus fallos con el objetivo legítimo de ganarle en las urnas, faltaría más, pero sin mentiras y sin lecciones. Porque la privatización más severa de la sanidad andaluza la hizo exactamente quien ahora la denuncia a grito pelado.

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