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M 35 y GS Birotor, la aventura de los Citroën de motor rotativo

Silencio de funcionamiento y ausencia de vibraciones. El motor rotativo tenía fundamentos para ser un éxito. Y la idea cautivó a una firma como Citroën, amante de soluciones diferentes. Pero a finales de los años sesenta y primera mitad de los setenta, las limitaciones técnicas para resolver sus inconvenientes, como un elevado consumo de combustible unido a los efectos de la guerra del Yon Kippur, finiquitaron la aventura

l M 35 será el arranque de esta historia P.F.

Santiago de Garnica Cortezo

Valladolid

Una pieza fija, el estator, con una forma interior que se asemeja a una alubia. Sobre el borde interior del mismo gira, en torno a un eje, una pieza, el rotor, en forma de triángulo equilátero. Sus tres aristas han de mantener contacto permanente con ... el límite del estator. Estamos hablando, en una muy simple explicación, de un motor rotativo. Su primera ventaja frente a un motor convencional de pistones es eliminar al máximo las irregularidades en el ciclo de funcionamiento pues el número de piezas en rotación se reduce al mínimo. Este era el planteamiento, en 1929, de su creador el ingeniero alemán Félix Wankel que, en 1951, convencía a NSU de ello. En 1963, el público descubre en el Salón de Fráncfort el primer motor rotativo de la mano de esta firma alemana. Varias marcas se interesan por este tipo de motor, incluidas japonesas como Mazda. Y la francesa Citroën.

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