Cuánto estarías dispuesto a pagar de más por un coche menos contaminante

Las ventas de coches «eco» y «cero emisiones» crecen en porcentaje, aunque su número todavía sea muy reducido en el actual parque automovilístico español. Y en parte eso es debido al precio, porque cabe preguntarse hasta qué punto estaríamos dispuestos a pagar de más por un coche menos contaminante.

Según el último informe realizado por el comparador Acierto.com , todavía queda mucho por hacer. En especial por lo que se refiere a la movilidad sostenible y a los vehículos eléctricos . Un asunto que no podemos perder de vista, en especial si tenemos en cuenta que la eficiencia energética podría llegar a reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera en hasta casi un 40%. Sin embargo, parece que la contaminación no es precisamente lo que nos preocupa.

No, porque los españoles no estamos dispuestos a movernos si no es razones económicos. Tal es así, 2 de cada 5 encuestados por el comparador de seguros de coche aseguró que no se compraría un vehículo sostenible con el medio ambiente. ¿Por qué lo hará entonces? Motivado por los protocolos de contaminación de las grandes ciudades y otras medidas que han acabado poniéndoselo un poco más difícil. Hace año y medio, hasta el 40% aseguraba que nunca se había planteado comprar un vehículo eléctrico . Lo peor del caso es que esto va más allá de los coches, pues la mayoría de los ciudadanos no valoran la sostenibilidad de los bienes y servicios que adquiere. Solo lo hace el 21%.

Por otra parte, si comparamos a los vehículos eléctricos con los tradicionales y los híbridos, observamos que la eficiencia de un turismo convencional de gasolina, con motor de combustión interna , ronda una del 25%. Esto quiere decir que, de la energía procedente del combustible que se inyecta al coche, se desaprovecha hasta un 75%. En el caso de los híbridos esta eficiencia se incrementa hasta el 77%.

Sin embargo, aquí también hay que tener en cuenta el origen de las fuentes de las que ha obtenido esa electricidad dentro del parque generador. De hecho, no podemos perder de vista que durante la generación de la electricidad se produce contaminación en forma de dióxido de carbono, partículas en suspensión y otros gases nocivos si se hace, por ejemplo, a través de una central térmica. Si además de la fase de producción, se contemplan las fases de transporte y almacenamiento de la electricidad, la diferencia también se reduce.

Por no hablar de que tampoco responden a nuestras necesidades de movilidad al completo, pues su autonomía todavía es un asunto pendiente, y de que el mercado deberá dar cabida a nuevos y numerosos puntos de carga, así como a otras infraestructuras específicas que mejoren los tiempos de la misma. Otro aspecto del que muchos consumidores se quejan tiene que ver con el precio: sí, porque el precio de estos vehículos suele se superior, así como su seguro.

En concreto, hasta un 28% más caro que sus homólogos de gasolina. Esto podría deberse, por ejemplo, a que los seguros para coches eléctricos pueden cubrir, además de los incidentes típicos, coberturas específicas como el robo de cable de recarga . El mero hecho de que sea más caro, por otra parte, hace que el coste de las reparaciones ya sea superior. No obstante, constituyen una excelente alternativa y llevan otros múltiples beneficios aparejados, como que acaban con el gasto en combustible, con la contaminación acústica, que pueden cargarse prácticamente siempre que haya un enchufe, y otras ventajas.

En el ámbito de la movilidad no solo podemos apostar por el transporte público, por el uso de la bicicletas y otros vehículos, sino que debemos hacer frente a la realidad de la dependencia del transporte privado -de hecho el consumo de combustible del vehículo privado supone más de la mitad del total del consumo de energía en transporte por carretera- y a otras cuestiones relacionadas con los desplazamientos -como el estrés, las aglomeraciones, los sistemas urbanos e interurbanos, la salud, etcétera.

Ante esta realidad una de las alternativas en pleno auge la está protagonizando el carsharing con coches eléctricos -permite alquilar por horas o minutos automóviles de este tipo, habitualmente de dimensiones reducidas, tipo Smart-; un modelo que está triunfando en las grandes urbes españolas como Madrid y Barcelona, donde se han convertido en un nuevo negocio. Tanto, que 4 de cada 10 aseguran que se trata de una opción rápida y sostenible . En Madrid ya supera los 500.000 usuarios y no cesa de subir. Emov y Car2go son las principales plataformas, aunque Zity está escalando posiciones, junto con Wible . Además, cabe comentar que la capital española es la tercera ciudad del mundo donde más se contratan esta clase de servicios.

El perfil tipo es el de un hombre entre los 25 y 55 años (6 de cada 10 son varones) que lo emplean para desplazamientos medios y cortos, principalmente en la franja que va desde las nueve de la mañana hasta las siete de la tarde. Y lo hacen sobre todo entre semana, cuanto tienen más prisa. El leasing y el renting también se postulan como buenas opciones cuya acogida será un tanto más gradual, en especial por el concepto de propiedad presente en nuestro país. Además, estamos hablando de otro tipo de usuario y de consumidor, y de que este apuesta por su propio coche.