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¿De dónde viene el diésel y la gasolina?

¿A quién le das tu dinero cuando llenas el tanque del coche? O, en otras palabras, ¿de dónde sale el combustible que cargas en tu vehículo?

S. M.

¿A quién le das tu dinero cuando llenas el tanque del coche? O, en otras palabras, ¿de dónde viene la gasolina y el diésel que cargas en tu vehículo ? Seguro que alguna que otra vez te has hecho estas preguntas, además de interesarte por saber cuál es la historia de este combustible, un proceso muy interesante que durante décadas ha sido de vital importancia para nuestro mundo (y lo será hasta que los coches eléctricos repunten). La gasolina es uno de los derivados más importantes del petróleo, una mezcla de hidrocarburos (moléculas de carbono e hidrógeno) que se origina con la descomposición de organismos vegetales y animales, acumulados en el fondo del mar y lagos, sepultados bajo altas presiones y altas temperaturas durante millones de años.

El petróleo crudo es extraído y aquel que no es llevado a los buques para su exportación es conducido a las refinerías, donde los tipos de hidrocarburos que lo componen son separados para luego ser aprovechados. La gasolina es formada con el petróleo refinado , utilizado principalmente como combustible, es esencial para la red mundial de transporte, el combustible primario que hace funcionar los motores de combustión interna que mueven la mayoría de los automóviles y otros sistemas de transporte. Así se explica desde coches.com .

Para que se pueda obtener lo que hoy es la gasolina previamente hay que calentar el petróleo. A medida que sube la temperatura, los compuestos con menos átomos de carbono en sus moléculas (y que son gaseosos) se desprenden fácilmente; después los compuestos líquidos se vaporizan y también se separan, y así, sucesivamente hasta obtener las diferentes secciones. Esto se realiza en una torre de destilación, la parte clave de la refinería. Cuando el crudo está dentro, se calienta hasta alcanzar los 400 °C y hace que los vapores suban a través de las diferentes secciones, donde las sustancias se van condensando en función de sus características.

Los primeros vapores que se licúan son los del gasóleo pesado, a 300º C aproximadamente, después el gasóleo ligero a 200º C; a continuación, la kerosina a 175º C, la nafta y por último, la gasolina y los gases combustibles que salen de la torre de fraccionamiento todavía en forma de vapor a 100º C. Esta última fracción se envía a otra torre de destilación, donde se separan los gases de la gasolina.

Los procesos de refinación del petróleo se han desarrollado en respuesta a las cambiantes demandas del mercado para ciertos productos. Con la llegada del motor de combustión interna la tarea principal de las refinerías se convirtió en la producción de gasolina, pero las cantidades disponibles de la destilación eran insuficientes para satisfacer la demanda de los consumidores. Las refinerías comenzaron a buscar maneras de producir más gasolina y de mejor calidad y para ello desarrollaron los procesos de refinación del petróleo de dos formas: romper grandes moléculas de hidrocarburos pesados y remodelación o reconstrucción de las moléculas de hidrocarburos.

Una vez que sale de la refinería, la gasolina se transporta a los depósitos al transcurrir un período obligatorio de almacenamiento, el combustible es transportado a las estaciones de servicio y posterior a esto es vendida a los usuarios. La gasolina es esencial para la red mundial de transporte, sirviendo como combustible primario que hace funcionar los motores de combustión interna que mueven la mayoría de los automóviles y otros sistemas de transporte como trenes, barcos, fábricas industriales.

El diésel, obtenido por destilación

El gasóleo es un hidrocarburo que se consigue mediante un proceso de destilación del petróleo . Para ello se utiliza la «torre de crackeo» donde se introduce el petróleo crudo y se calienta. El vapor se condensa y el residuo se utiliza para grasas, aceites pesados y fibras textiles. Después, el vapor condensado vuelve a calentarse y de esa segunda destilación se obtiene fuel oil. Si se vuelve a destilar, se obtiene gasóleo, con otra destilación más se obtiene keroseno, con la siguiente se obtiene gasolina, y si se destila la gasolina se obtiene nafta.

Cada proceso de destilación proporciona un hidrocarburo más ligero que su antecesor y el residuo que se va dejando se utiliza para diferentes cosas, desde fibras textiles y aceites pesados, hasta medicamentos. Luego, cada uno de los destilados es purificado y se le agregan aditivos para hacerlos más eficientes, menos contaminantes y más estables químicamente.

En el mercado, podemos encontrar tres tipos de gasóleos . El gasóleo A, indicado para los vehículos de automoción. El gasóleo B, utilizado en maquinaria agrícola, embarcaciones y vehículos autorizados. Y el gasóleo C, destinado a calderas de calefacción, ya que contiene un elevado nivel de parafina que aporta un alto nivel calorífico. Así lo explican desde Clickgasoil.com .

Como corresponde a su mayor número de carbonos, el diésel es más pesado que la gasolina y evapora mucho más lentamente, pero tiene mucho más poder calorífico. Debido a ese mayor poder energético y a un mejor proceso de combustión , el diésel es un 30% más eficiente que la misma cantidad de gasolina. Aunque hay que tener en cuenta también que es necesario un 25% más de petróleo para hacer el diésel, así que si nos fijamos eficiencia de un combustible basándonos en los «equivalentes de petróleo», un motor diésel nos permitiría hacer un 20% de kilometraje más que uno de gasolina.

Las diferencias entre ambos tipos de combustible no acaban aquí, hay que tener muy en cuenta también las consecuencias medioambientales de cada uno de ellos. La gasolina produce una mayor cantidad de dióxido de carbono (CO2), ya que hay que quemar más cantidad para obtener el mismo resultado que con el diésel, con lo que contribuye más al efecto invernadero, mientras que el diésel produce más cantidad de óxidos de nitrógeno y hollín, que por otro lado pueden ser causantes de lluvia ácida y el smog, o bruma fotoquímica, que se puede ver en las proximidades de grandes centros urbanos.

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