entrevista a rosa quintana | conselleira de medio rural e do mar
«Antes de hacer daño a los sectores a los que me debo me marcho para mi casa»
Con el fin de las cuotas lácteas a la vuelta de la esquina, Quintana anima a los ganaderos a crear una organización fuerte y transformar la leche en otros productos para conquistar nuevos mercados
La casualidad quiere que presente la memoria anual del Consello Regulador de la Agricultura Ecológica de Galicia en una sala que lleva su mismo apellido. Es esa casualidad, o no, la que resume a la perfección el día a día de una conselleira que afirma sentirse «cómoda» en su trabajo y con los sectores por los que vela. Y es que Rosa Quintana está como en casa tanto si le toca visitar el mar como el interior gallego. Lo hace sobre el terreno, aunque el martes tocó echar mano de powerpoint.
—¿Qué alimentos se podrían unir al ecológico más allá de los que ya están?
—Creo que casi todo lo que se produce en Galicia. Tenemos unas condiciones naturales que hacen que la mayoría de los productos que se producen en nuestros sectores primarios puedan llevar la certificación de ecológico.
—Las certificaciones en la leche han bajado en 2013, pero ¿el fin de las cuotas puede incentivar a la gente a pasar las granjas a ecológico?
—Tenemos que pensar que si somos el 39% de la producción de leche de toda España deberíamos buscar ese valor añadido al producto. Es decir, no se trata solo de producir, sino de buscar aquellas fórmulas de producción que permitan que el mayor valor añadido que se obtenga por ese producto repercuta en el propio productor.
—¿Los ganaderos gallegos están preparados para afrontar un nuevo horizonte sin cuotas?
—No sé si estamos preparados al 100%, pero sí tenemos definidas unas medidas de actuación para ayudarles en ese paso tan importante que hay que dar. Se creó un Observatorio y se pidió a todos los estados miembros de la UE que hiciesen un seguimiento del avance que se va haciendo en producción por si hubiera que tomar decisiones legislativas en un futuro en cuanto a regular la capacidad de producción que tienen todos los estados miembros. Además, en julio de 2016 habrá una revisión de todo el programa operativo financiero para ver la evolución del sector por si hubiera que establecer nuevas medidas correctivas a partir de ese momento. Creo que en Galicia nos falta aún mucho que hacer, como la transformación de este producto en otros derivados, que serán los que le puedan dar mayor valor. También pensar que existe una gran demanda internacional de leche y que nosotros deberíamos de estar buscando esos posibles mercados.
—Pero antes habrá que conquistar el mercado propio y evitar que se introduzcan excedentes de otros países ¿no?
—Por supuesto que sí, pero no me quiero olvidar de lo importante que es tener mercados abiertos.
—Da la sensación de que las medidas de las que me habla responden a una previsión de que Galicia saldrá perjudicada con el fin de las cuotas. ¿Hay miedo de que la Comunidad no sea capaz de competir con las macroexplotaciones de otros países?
—No tengo miedo, pero creo que mi responsabilidad es adoptar las medidas de precaución por si fuese necesario tomarlas. Somos capaces de producir leche de calidad y de incrementar aún nuestras producciones, pero tengo mis dudas de cómo van a funcionar el resto de países de la UE. Y éstos sabrán que existirá un Observatorio que va a controlar el exceso de producción que pueda hacer cada uno de los países o el dumping comercial con otros.
—Los sindicatos le piden ahora una mesa entre industria y ganaderos para forzar que los contratos sean a un año.
—[Suspira]. Cuando llegué a la Consellería, lo primero que me pidieron fue presionar al Ministerio para que se publicara el real decreto que obligaba a los contratos lácteos. Lo hice y dicen que esa no es la solución. Me piden que se puedan firmar por un mes o por dos meses para que el sector no se vea agobiado. Ahora que se dio esa flexibilidad, pues ahora los quieren de un año, de dos... Yo asumo o intento asumir todas las responsabilidades que tengo, pero también el sector tiene que dar unos pasos. La única forma de poder hablar de precios es a través de una organización de productores, porque todo lo demás está prohibido por el Tribunal de la Competencia. Nosotros controlamos que los contratos sean legales. Este año, desde la Xunta se le han comunicado a las industrias más de 5.500 incidencias. Hacemos nuestra labor, pero también el sector tiene que dar un paso.
—Es decir, sigue faltando organización.
—¡Claro! Una cosa es que las organizaciones agrarias utilicen el juego político que quieran, pero tienen que ayudar al sector a construir una organización de productores fuerte. Yo, desde luego, antes de tomar una decisión que le haga daño a uno de los sectores a los que me debo me marcho para mi casa. Otros deberían de hacer lo que tienen que hacer por el sector al que dicen defender.
—¿Es necesaria una reforma agraria en profundidad?
—No sé si la llamaría reforma o mentalización del agricultor o del ganadero gallego. Galicia tiene un problema con la cantidad de gente que tiene en el paro y, a mayores, la cantidad de tierra abandonada. ¿Por qué la gente no mira hacia el rural como una posibilidad de negocio? ¿Hay posibilidades? Sí. ¿Hay futuro? Sí. ¿Hay ayudas y asesoramiento desde la Xunta? Sí. ¿Reforma? No sé si es una reforma mental más que nada.
—Mientras, la leche vuelve a bajar.
—Que baje en primavera es la cosa más normal del mundo porque también incrementa mucho la producción.
—¿Y la previsión es que siga bajando?
—No, no tengo esa previsión.
—Pues ya hay contratos entre ganaderos e industria para estos próximos meses con 3 o 4 céntimos de bajada.
—Yo no tengo esa previsión.
—¿Teme una supertasa (multa por exceso de producción) para esta última campaña?
—No. Lo único que estamos es diciéndole a la gente que controle la capacidad de producción que tienen para no incurrir en una supertasa.
—¿Creen que fueron razonables las manifestaciones del sector del cerco?
—No. Creo que se sobredimensionó un problema que no era tal y el tiempo va poniendo la razón a cada quien. Me pareció tremendamente injusto la imagen que se le trasladó a la sociedad de que, una vez más, Galicia sale perjudicada con respecto al País Vasco cuando sabemos que se hablaban de unas cifras totalmente falsas. Al final se vio que, con este reparto, la campaña duró casi tres semanas, mucho más que nunca. Se pudo pescar cerca de nuestros puertos y el sector ganó más dinero.
—¿Es partidaria entonces del reparto en función de capturas históricas?
—Todos sabemos que el reparto por históricos es algo que siempre, siempre, siempre va a beneficiar a Galicia porque es la mayor flota de toda España.
—¿Cómo vive una conselleira que su sector la plante en una reunión?
—Con dolor, pero también entendiendo que era una parte del sector la que se levantó, una parte que estaba recibiendo una información que no se correspondía con la realidad.
—¿A que se debió esa información «que no se correspondía con la realidad»?
—Hay preguntas para las que no tengo respuesta. Desde luego, yo no los engañé en ningún momento. Otros sabrán lo que hicieron. No tengo nada de lo que avergonzarme o pedir disculpas.
