Galicia

Arrestado en Sevilla un gallego falsificador de arte gallego buscado por el FBI

El detenido, con una orden internacional de búsqueda, tuvo que ser atendido por los sanitarios en el momento de su captura

ep - Actualizado: Guardado en: Galicia

La Policía Nacional ha detenido en Sevilla a Carlos Bergantiños Díaz, un empresario gallego sobre el que pesaba una orden de detención internacional emitida por Estados Unidos. Fuentes policiales han confirmado este extremo, así como que el gallego fue detenido en un Hotel NH en Viapol. Además, tuvo que ser atendido por los servicios sanitarios en el momento de su captura.

Así las cosas, la Policía acudió al establecimiento después de que Bergantiños Díaz se registrara en el hotel y saltaran las alarmas dada la orden de detención que pesaba sobre él. Por el momento el detenido permanece en dependencias policiales a la espera de pasar a disposición judicial en las próximas horas.

Un filántropo

Filántropo y experto en arte durante las últimas dos décadas, José Carlos Bergantiños Díaz, que ronda la sesentena, se ha convertido desde hace unos meses -tras declararse culpable su mujer-, en un «refugiado» de la justicia estadounidense. El motivo, su presunta complicidad en la venta de obras de arte falsificadas, blanqueo de dinero y evasión de impuestos. ¿Pero quién es realmente Bergantiños?

De corta estatura y ancha personalidad, Bergantiños era y es un hombre con una extraordinaria capacidad para convencer de que lo que está vendiendo es realmente bueno y auténtico... «Es un gran fabulador», aseguran quienes le conocen. Disfruta además de grandes dotes para relacionarse con los más prominentes nombres del mundo del arte de Nueva York: galerías, museos, instituciones...

Personas cercanas a él lo definen como un «autodidacta con mucho olfato y muy listo» que tras su desembarco en la ciudad de los rascacielos aprendió rápido, «gracias a su relación con la sobrina nieta de la escritora Gertrud Stein, una importante galerista de la que fue asistente». Con ella conoció cómo funcionaba el mundo del arte y de las subastas, «en las que ganó mucho mucho dinero» una vez se instaló en Nueva York junto a su mujer Glafira Rosales, sobre la que pende una posible condena de 99 años de cárcel.

Toda la actualidad en portada

comentarios