Violentas protestas en las calles de Francia por la reforma de las pensiones

Mayor participación y mayor apoyo popular. El 56% de los franceses consideran innecesaria la reforma, que solo es apoyada por un 35%, con un 9% de indiferentes. Un 60% de los obreros y un 61% de los franceses de 25 a 49 años están totalmente en contra de la reforma. Los sindicatos anuncian nuevas jornadas de huelgas y manifestaciones, con una agravación de la crisis de fondo: agricultores, ecologistas y estudiantes se están apuntando a la protesta con reivindicaciones propias.

Las centrales sindicales han convocado dos nuevas jornadas de protesta, el próximo jueves día 16 y el 7 de marzo, cuando el frente político de la crisis tiene muchos flecos inflamables. En la Asamblea Nacional (AN), primera cámara del Parlamento francés, se suceden diarios enfrentamientos verbales muy violentos. En el campo de batalla político, Marine Le Pen (extrema derecha) denuncia el «comportamiento antisocial» de Macron, y Jean-Luc Mélenchon (extrema izquierda) declaró ayer: «Macron se comporta como un incendiario, con sus diarias incitaciones a la violencia».

Como es tradicional, desde el estallido de la crisis, la manifestación parisina terminó con enfrentamientos físicos significativos. El despliegue excepcional de unidades antidisturbios, a pie y motorizadas, sofocó con gases lacrimógenos muchos conatos de violencia, que se multiplicaron, sin embargo, durante un par de horas, en lugares emblemáticos de la geografía popular parisina, de la Plaza de la República a la Plaza de la Nación.

Los sindicatos siguen pidiendo la retirada total del proyecto de reforma. Los analistas recuerdan que esa retirada sería una catástrofe política personal para Macron.