Trump elige a J.D. Vance, un senador populista de 39 años, como su candidato a vicepresidente
Vance, del ala más conservadora del Partido Republicano, sirvió en el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos antes de dedicarse a la política
Perfil | J. D. Vance: de crítico feroz a superfan de Trump
Enviado especial a Milwaukee (Wisconsin)
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Iniciar sesiónEs sabido que a Donald Trump, siempre impoluto, le desagrada el vello facial. Este lunes, sin embargo, eligió al joven J.D. Vance como su candidato a la vicepresidencia de EE.UU.Vance, de solo 39 años, senador por Ohio, y su ... barba serán los compañeros de Trump en su tercer 'ticket' presidencial, con el que buscará regresar a la Casa Blanca.
Al expresidente de EE.UU. le gusta mucho más ganar que tener a su lado un rostro bien afeitado. La selección de un candidato a vicepresidente, uno de los asuntos más observados de la convención republicana que este lunes arrancó en Milwaukee (Wisconsin), es siempre un cálculo político y las cuentas de Trump concluyeron que la mejor opción era Vance, una estrella ascendente del partido. Preguntado la semana pasada por si la barba de Vance podía ser un problema, Trump zanjó con el mayor de los piropos: «Parece un Abraham Lincoln joven».
Ese cálculo sobre Vance tiene que ver con los territorios en los que se decidirá la elección del próximo presidente de EE.UU. El flamante candidato a la vicepresidencia de la primera potencia mundial es un producto del Medio Oeste blanco empobrecido, la América profunda, rural y post industrial, el llamado 'cinturón del óxido' que aupó a Trump al poder en 2016 en aquella elección sorprendente e histórica. Se espera que las presidenciales se decidan en siete estados. Entre ellos, en Pensilvania, Michigan y Wisconsin, estados del Midwest como el Ohio en el que se crió Vance.
Al igual que Trump, el joven senador no es un político de carrera. Tras salir de la pobreza y hacer fortuna en el sector financiero, se dio a conocer por un libro de memorias 'Elegía rural' en el que retrataba a esa sociedad estadounidense, la de su infancia, abandonada por las elites. El éxito del libro -y de su adaptación cinematográfica- fueron su trampolín en política. Logró convertirse en senador de Ohio con un mensaje populista, con fuerte carga socioeconómica y antielitista, dedicado a esos estadounidenses olvidados -la mayoría de ellos, blancos- en la economía de la globalización y de lo políticamente correcto, en la línea del 'Make America Great Again' ('Hacer grande a EE.UU. de nuevo') de Trump.
El expresidente sabe que si gana en esos tres estados clave del Medio Oeste, la Casa Blanca será suya. Y en el anuncio de Vance como su compañero de 'ticket' hizo una referencia indisimulada a la intención del nombramiento.
«Después de una deliberación larga y de considerar los tremendos talentos de muchos otros, he decidido que la persona más capacitada para asumir la posición de vicepresidente de EE.UU. es el senador J.D. Vance», anunció Trump en un mensaje en Truth Social, su red social. «Durante la campaña, se centrará con fuerza en la gente por la que ha luchado con brillantez, los trabajadores y granjeros de Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Ohio y más allá».
Trump tenía otras opciones. Podría haber intentado expandir su base con otros candidatos. Marco Rubio, senador por Florida, podría haber sido visto como una opción moderada y un guiño a los hispanos. Tim Scott, senador por Carolina del Sur, como un puente con la minoría negra, que, aunque ahora ve con mejores ojos al expresidente, sigue inclinada con fuerza hacia Biden. Su decisión significa doblar la apuesta en sus bases, las que le llevaron a la Casa Blanca.
La elección de Vance es también un intento de hacer contrapeso a la figura de Biden, que se ha presentado siempre como un producto y un defensor de la clase media, 'Average Joe', 'Joe el normal', un mensaje que le ha funcionado en casi seis décadas de carrera política. Vance irá a por esos mismos votantes, pero desde la esquina 'trumpista', desde la visión 'anti establishment'.
«Muchos políticos están perdidos en el 'establishment'», escribió la semana pasada en un mensaje de recaudación de fondos a seguidores. «Traicionan a sus votantes, traicionan a su país y, también, se traicionan a sí mismos. Es una industria de promesas rotas y de prácticas corruptas. Pero nunca bajaŕe a ese nivel. Mis raíces, mi familia, el pueblo en el que nací, eso es lo que me trajo hasta aquí. Lo bueno y lo malo».
Para llegar a ese «aquí», Vance ha tenido que dar un giro completo a su posición respecto a Trump. En 2016, cuando el multimillonario deslenguado rompió el juego de la política estadounidense, le calificó de «heroína cultural» o «Hitler de América». La relación se recompuso en la presidencia de Trump, que acabó apoyándole en su campaña para senador de Ohio. En los últimos meses, se ha convertido en uno de sus principales escuderos. Hizo campaña por él en las primarias de Iowa y New Hampshire, cuando todavía no estaba todo decidido. Ha peregrinado por los platós de las televisiones para defender su candidatura. Estuvo en primera fila en los juzgados de Nueva York, donde Trump se convirtió este junio en el primer expresidente declarado culpable de cometer delitos. Su relación estrecha con Donald Trump Jr., el primogénito del candidato, y con Tucker Carlson, ex presentador estrella de Fox News y la mayor personalidad mediática del 'trumpismo', ha podido también ser decisiva para su nombramiento.
Por aclamación
El anuncio de la elección de Vance ocurrió poco después de que Trump se convirtiera, de manera oficial, en el ganador de las primarias republicanas. Los más de dos mil delegados presentes en Milwaukee votaron, estado a estado, y, como se esperaba, el multimillonario neoyorquino ganó por abrumadora mayoría. Con los votos de Florida, Trump sobrepasó el umbral de 1.215 delegados.
Tras la votación, Vance apareció en la convención, se cubrió de abrazos y saludos y recibió por aclamación su nominación como candidato a la vicepresidencia de EE.UU.
Antes que eso, la campaña de Biden ya había iniciado los ataques contra el nuevo candidato. En un anticipo de lo que harán en los próximos meses, recordaron todos los insultos que Vance dedicó a Trump hasta su reconciliación y señalaron sus posiciones más impopulares, como cuando defendía que no podía haber excepciones en la prohibición del aborto.
Vance tiene un arma que Trump, de 78 años, necesita para castigar a Biden, que cumplirá 82 en noviembre: juventud. Si la candidatura republicana gana la elección, Vance será el tercer vicepresidente más joven de la historia. El papel fundamental del vicepresidente -con mayor significado tras el intento de asesinato de Trump- es ser un recambio confiable y listo para asumir la presidencia en el caso de que el comandante-en-jefe de EE.UU. fallezca o no pueda seguir en el cargo. Trump concurrirá a las elecciones con una joven estrella política de 40 años a su lado (Vance los cumplirá el mes que viene). Biden, de momento, con una Kamala Harris tan impopular como él. El debate entre candidatos a la vicepresidencia será más observado que nunca.
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