El triunfo de Wilders causa un terremoto en la política europea

La estrepitosa derrota del partido liberal VVD de Mark Rutte en su despedida después de más de una década como primer ministro, deja el panorama político holandés en una situación inédita.

Aunque muchas veces las encuestas habían pronosticado resultados espectaculares, hasta ahora nunca se habían cumplido y el partido por la Libertad (PVV), de Geert Wilders, tenía hasta ahora 17 escaños. En estas elecciones no era ni mucho menos el favorito y sin embargo ha obtenido 37 de los 150 escaños que forman la Cámara de Representantes de los Estados Generales.

El PVV forma parte del grupo Identidad y Democracia en el Parlamento Europeo, que es donde milita la derecha más radical y nacionalista y hasta ahora está liderado por la francesa Marine Le Pen. En su programa electoral incluye ideas como congelar la política de asilo e inmigración, prohibir el uso del velo musulmán en los edificios públicos, cerrar escuelas islámicas y mezquitas y prohibir el Corán. Aunque no lo ha expresado en esta campaña, con anterioridad también se ha declarado partidario de someter a referéndum la idea de permanecer en la Unión Europea.

No es previsible que los Países Bajos siguieran el camino de los británicos, pero si es cierto que algunas políticas comunitarias han provocado un sentimiento de rechazo generalizado que ha sabido recuperar Wilders, por encima de la que se pensaba que sería la sorpresa en estas elecciones, el partido de los campesinos (BBB).

En sus primeras palabras después de conocer los resultados, Wilders ha intentado suavizar su mensaje para no hacer imposible un pacto con otros partidos. «No vamos a hablar de mezquitas, coranes y escuelas islámicas. No todos los esfuerzos se centran en la lucha contra el islam, pero se hará todo lo posible para que los intereses de los holandeses vuelvan a estar en primer lugar». Al proclamar que quiere ser «el primer ministro de todos» deja claro que considera que debe ser el sucesor de Mark Rutte y que puede hacer concesiones sobre aspectos centrales de su programa.

Aunque ha sido el segundo partido mas votado y ha obtenido más escaños que los liberales del VVD, la candidatura verde/socialista del ex vicepresidente de la Comisión Europea Frans Timmermans ha sido doblemente derrotada. Este antiguo ministro de Exteriores había enfocado su campaña presentándose precisamente como el adalid contra la extrema derecha, inspirado por los consejos de su correligionario y amigo, el presidente del Gobierno español Pedro Sánchez. Y no solo no ha ganado las elecciones sino que han sido claramente superados por Wilders.

En estos momentos una coalición de todos contra el PVV no parece posible. Wilders es uno de los diputados más veteranos, los ciudadanos de los Países Bajos lo conocen desde hace tiempo y si le han votado con tanto entusiasmo no es para aceptar que siga excluido del juego político. Esta es la segunda vez que los consejos de Sánchez no le funcionan a Timmermans, al que quiso hacer, sin éxito, presidente de la Comisión Europea en 2019.

Resulta también paradójico el fracaso de la candidatura de la sucesora de Rutte. Dilan Yeşilgöz, que siendo nacida en Ankara sería un símbolo que desmiente las tesis de Wilders contra la inmigración. Con el peor resultado en años para los liberales, el conjunto de la coalición saliente han bajado de 78 escaños con los que tenían una mayoría, a solo 41. Pero aunque los cuatro partidos (VVD, D66, CDA y ChristenUnie) estuviesen de acuerdo en apoyar a Wilders, será necesario buscar más socios para garantizar una investidura, lo que sin duda significa que la formación de una mayoría llevara tiempo.

Si finalmente Wilders se convierte en primer ministro, puede ser un espectáculo verle comparecer en Bruselas en los consejos europeos, donde es cierto que ya tiene algunos conocidos y puede que se sumen algunos más. Su criterio en determinados asuntos puede ser hasta chocante y en otros totalmente imprevisible. Por ejemplo, en las negociaciones sobre las nuevas reglas fiscales, en las que hasta Rutte había aceptado contemporizar con gobiernos del sur como el español. La ausencia de una coalición en los Países Bajos sería en todo caso un problema para cerrar ta legislatura europea.