Tailandia y Camboya acuerdan un alto el fuego «incondicional»
Los primeros ministros de ambos países se reúnen en Kuala Lumpur y detienen el mayor conflicto en la disputada frontera en más de una década
Tailandia y Camboya se preparan para negociar mientras siguen los combates en su frontera
Corresponsal en Asia
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Iniciar sesiónY tras cinco días llegó, si no la paz, al menos sí la tregua. Tailandia y Camboya han acordado hoy un alto el fuego «incondicional» tras el encuentro de sus respectivos jefes de Gobierno en Kuala Lumpur.
Al primer ministro camboyano, Hun Manet, y ... su homólogo –en funciones– tailandés, Phumtham Wechayachai, los acompaña en la foto celebratoria un tercero: Anwar Ibrahim, el primer ministro de Malasia y presidente rotatorio de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), organismo del que los dos países enemistados forman parte. Como tal, Anwar ha ejercido de anfitrión para la conciliadora reunión.
A la iniciativa del malayo, que desde el primer momento trató de mediar, se ha sumado la presión de otros terceros como China y, en particular, Estados Unidos. El presidente Donald Trump llegó a hablar por teléfono con ambos primeros ministros, a quienes advirtió que no habría acuerdos bilaterales para concluir la guerra comercial mientras el conflicto siguiera activo. Representantes diplomáticos de las dos superpotencias han asistido al diálogo.
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El cese de la violencia, que entrará en vigor a partir de la medianoche de este lunes (hora local), pausará un enfrentamiento que ya deja al menos 35 fallecidos, la mayoría de ellos civiles, y más de 300.000 desplazados, el más mortal en más de una década en la disputada frontera de 800 kilómetros que separa a Tailandia y Camboya.
Las hostilidades han proseguido a lo largo del día de hoy, incluso mientras ambos mandatarios se saludaban en Kuala Lumpur. En las últimas horas Camboya ha intensificado sus ataques a lo largo de la línea fronteriza, movilizando nuevos efectivos, disparando artillería y empleando tácticas cibernéticas, según ha informado la Segunda Área Militar del Ejército tailandés, radicada en Nakhon Ratchasima. El número de hospitales tailandeses obligados a cerrar por la agresión camboyana se ha elevado hoy a 12. «Camboya puede estar preparando una gran operación militar antes de empezar las negociaciones», advertía ayer las fuerzas armadas.
Pelea hasta el final
Por ese motivo Phumtham trató de rebajar las expectativas generalizadas de un alto el fuego inmediato antes de partir hacia Kuala Lumpur. «No creemos que Camboya esté actuando de buena fe, de acuerdo a sus acciones», advertía el primer ministro en funciones. «Necesitan demostrar una intención genuina, lo evaluaremos durante el encuentro».
El enfrentamiento estalló el pasado jueves en el templo jemer de Ta Muen Thom, erigido en una zona limítrofe que ambos países reclaman. Según el relato tailandés, las tropas camboyanas iniciaron la ofensiva al sobrevolar drones sobre sus posiciones y realizar avances de soldados armados con granadas propulsadas por cohetes. De acuerdo a la versión camboyana, estas contraatacaron después de que las tropas tailandesas violaran el acuerdo al aproximarse al templo y abrir fuego. Según el Ejército tailandés, las tropas camboyanas han tomado el control del lugar y siguen fortificando sus posiciones.
Camboya, por su parte, ha denunciado que los proyectiles tailandeses han causado «daños significativos» a otros lugares reconocidos como patrimonio histórico, como el templo de Preah Vihear. A finales de mayo, un enfrentamiento armado allí causó la muerte de un soldado camboyano, chispa inicial de una violencia recrudecida a gran escala en los últimos cinco días.
El origen de las desavenencias, sin embargo, se remonta mucho más allá, más de un siglo, a las arbitrarias fronteras trazadas por las fuerzas coloniales francesas que generaron disputas todavía irresolutas respecto a múltiples territorios. Las tensiones se reavivaron en 2008, cuando Camboya intentó registrar como Patrimonio Mundial de la Unesco un templo del siglo XI reclamado por ambos como propio. Desde entonces, la ausencia de una solución definitiva ha ocasionado colisiones esporádicas con víctimas mortales a ambos lados.
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