El senador centrista Joe Manchin se convierte en la nueva amenaza a Biden para 2024

Esta decisión es una amenaza doble para los demócratas: les deja sin apenas posibilidad de mantener ese escaño por un estado muy republicano, lo que pone en riesgo su mayoría escasa en la Cámara Alta; y refuerza la posibilidad de que Manchin se presente ahora a las presidenciales como candidato de tercera vía y descarrile cualquier opción de reelección para Joe Biden.

«Creo de corazón que he conseguido lo que me proponía para Virginia Occidental», dijo Manchin en un vídeo compartido en redes sociales. «He tomado una de las decisiones más difícil de mi vida y es que no me presentaré a la reelección al Senado».

En su lugar, prosiguió, «viajaré por el país y discutiré si hay un interés en crear un movimiento que movilice al centro y una a los estadounidenses». Es una referencia evidente a una posible candidatura a la presidencia, algo que Manchin se plantea desde hace meses ante la impopularidad de Biden, a quien buena parte del país considera demasiado mayor y demasiado inefectivo como para seguir liderando el país.

El senador demócrata no ha ocultado que, como la gran mayoría de los estadounidenses, prefiere una opción diferente a las de Biden o Trump y podría ser la opción elegida por No Labels, una plataforma centrista que se dedica a propulsar candidatos moderados.

Ryan Clancy, director estratégico de No Labels, aseguró el pasado abril a éster periódico que a esas alturas del año que viene decidirán si apuestan por un candidato de tercera vía. Para ello, se deberán dar dos condiciones, explicó: «La primera, que la gente considere, como hace ahora, que los dos candidatos son muy pobres. La segunda, que crean que habría una candidatura de unidad suficientemente buena como para ganar».

Esa candidatura podría ser la de Manchin, de 76 años, que podría tener tirón en las franjas moderadas de ambos partidos. «Sé que nuestro país no está tan dividido como Washington nos quiere hacer creer», dijo el senador en su anuncio. «Compartimos valores comunes sobre familia, libertad, democracia, dignidad y una creencia de que juntos podemos superar cualquier desafía. Necesitamos recuperar a EE.UU, y no permitir que este odio divisivo nos separa más todavía».

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No Labels reaccionó al comunicado insistiendo en que cualquier decisión sobre apoyo a un candidato se hará el año que viene y alabó la figura de Manchin, sin dar pistas sobre si será su opción.

Muchos demócratas ven la opción de tercera vía como una apuesta segura a la victoria de Donald Trump, el republicano que domina las primarias de su partido en las presidenciales del año que viene. La opinión generalizada es que el tercer candidato diluirá mucho más el voto demócrata que el republicano y entregará la elección a Trump.

Biden buscó mostrarse ajeno a estas conjeturas y alabó en un comunicado la figura de Manchin, que gozó de derecho de veto de facto a la agenda izquierdista de Biden en sus dos primeros años en la Casa Blanca -entonces los demócratas solo tenía 50 senadores y el voto de calidad de la vicepresidenta y presidenta de la Cámara Alta, Kamala Harris-, pero que también sirvió como puente a la bancada republicana para conseguir legislación bipartidista. «Deseo que sigamos trabajando juntos para conseguir cosas para el pueblo de EE.UU», dijo Biden, que podría tener a Manchin en unos meses como rival electoral.

Eso son de momento conjeturas, pero lo que es indiscutible es la débil posición en la que podrían quedar los demócratas en el Senado con la salida de Manchin. El republicano Jim Justice ha sido hasta ahora el gran favorito para su escaño y, con su retirada, se antoja difícil que cualquier demócrata le pueda hacer frente.

Los demócratas gozan ahora de una mayoría de 51 senadores -48 de su partido y tres independientes que votan con ellos- frente a 49 republicanos. Solo pueden perder un escaño en las elecciones del año que viene y se enfrentan a comicios complicados para mantener sus senadores en estados de corte republicano como Ohio o Montana.