«Seguiremos apoyando a Kiev el tiempo que haga falta», el aviso de EE.UU. a Rusia en su primer encuentro directo
Blinken y Lavrov han hablado durante unos diez minutos en el G-20 que se celebra en la India
Rafael M. Mañueco y David Alandete
Corresponsal en Moscú
El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, mantuvieron este jueves un breve encuentro de menos de 10 minutos en el marco de la reunión del G-20 que se celebró en India. Los dos máximos ... responsables diplomáticos no mantenían conversaciones desde el 21 de enero de 2022, poco más de un mes antes del comienzo de la invasión rusa de Ucrania. Según RIA Novosti, Lavrov se colocó entre los ministros de Exteriores de México y Arabia Saudí mientras que Blinken tomó asiento al otro lado de la misma mesa.
Nunca han estado los contactos entre Washington y Moscú en un punto tan bajo. Tras las acusaciones de injerencias rusas en elecciones presidenciales desde 2016, la guerra de Ucrania volvió a traer aires de Guerra Fría a la relación bilateral. Las tensiones se han disparado después por otros desacuerdos y recriminaciones sobre el control de armas hasta, el espionaje de personal de las embajadas y la toma arbitraria de prisioneros en Rusia.
El propio Blinken admitió en una conferencia de prensa que fue televisada que le había dicho a Lavrov que Estados Unidos seguiría apoyando a Ucrania todo el tiempo que fuera necesario y que presionaría para que la guerra terminara mediante términos diplomáticos que los invadidos en Ucrania aceptaran. Esto es relevante, porque el gobierno de Ucrania no quiere saber nada de negociaciones de paz hasta que el agresor ruso se haya retirado del territorio invadido.
Según la versión de Blinken, este le dijo a Lavrov: «Pongan fin a esta guerra de agresión, emprendan una diplomacia significativa que pueda producir una paz justa y duradera». Además lamentó que «el Presidente Putin haya demostrado un interés nulo en comprometerse, diciendo que no hay nada de lo que hablar a menos y hasta que Ucrania acepte, y cito textualmente, la nueva realidad territorial».
EE.UU. también presionó a Rusia para que desista de sus panes de retirarse del último acuerdo de desarme nuclear entre ambas naciones, el Nuevo Start. Es un acuerdo entre ambas potencias que limita sus arsenales nucleares estratégicos desplegados a un máximo de 1.550 ojivas nucleares y 700 sistemas de entrega y entró en vigor en 2011.
Por su parte, Rusia se resistió a admitir que el encuentro había tenido lugar, en una negación de hechos patentes que es política común del Kremlin. El propio Lavrov se calló el haber hablado con Blinken cuando ofreció una rueda de prensa tras la sesión del G-20. En ella, tras encógele de hombros, dijo: «No nos sentimos aislados. Es Occidente el que se ha aislado, y acabará dándose cuenta».
El jefe de la Diplomacia norteamericana solicitó a su interlocutor ruso que libere al ciudadano de EE.UU que cumplen condena en un penal ruso, Paul Whelan, y le comunicó que Washington continuará prestando a apoyo e Ucrania en sus operaciones militares. Las fuentes citadas por las agencias no hicieron ningún comentario sobre la reacción de Lavrov a las palabras de Blinken, quien dijo no creer que el encuentro vaya a modificar un ápice la postura de Moscú en cuanto a la guerra en Ucrania y las relaciones con Estados Unidos en general. La portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, informó que fue la parte estadounidense la que propició el contacto con Lavrov.
El presidente ruso, Vladímir Putin, anunció la decisión de suspender la participación de Rusia en el START-3 en su habitual mensaje a las dos Cámara del Parlamento ruso, el pasado 21 de febrero, al día siguiente lo ratificó la Duma (Cámara Baja) y este martes el jefe del Kremlin firmó la ley correspondiente.
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Blinken y Lavrov coincidieron durante 2022 en diversos eventos internacionales, la última vez en la cumbre del G-20 de Balí, en noviembre del año pasado, pero sin llegar a reunirse ni mantener negociaciones. Se da la circunstancia de que el secretario de Estado de EEUU dijo hace unos días que no tenía previsto hablar en India con su homólogo ruso, pero ayer debió cambiar de idea en el último momento.
La reunión de ministros de Exteriores de los países del G-20 finalizó este jueves en Nueva Delhi sin un comunicado conjunto final debido a que Rusia y China rechazaron unirse al clamor general a favor del cese de las hostilidades en Ucrania. «La mayoría de los miembros han condenado rotundamente la guerra en Ucrania y subrayado que está causando un inmenso sufrimiento humano y exacerbando las fragilidades existentes en la economía global», se señala en el texto final, en el que el G20 subraya además que hubo «otros puntos de vista» sobre la sangrienta conflagración. El comunicado hace mención al hecho de que «el G20 no es el foro para resolver cuestiones de seguridad», aunque admite, no obstante, que los conflictos armados «tienen consecuencias significativas para la economía global».
La anterior reunión entre Lavrov y Blinken, que tuvo lugar en Ginebra en enero del año pasado, fue un auténtico diálogo de sordos. El secretario de Estado de EEUU instó a Rusia una vez más a retirar las tropas que entonces tenía desplegadas en la frontera con Ucrania, a lo que su homólogo ruso respondió asegurando que no hay intención de atacar Ucrania.
Lavrov, por su parte, exigió el cumplimiento de las demandas presentadas por Moscú el 17 de diciembre de 2021 en cuanto a que Ucrania no debe integrarse en la OTAN, este bloque militar comprometerse a reducir su dispositivo en los países del Este de Europa y a no instalar bases en antiguas repúblicas soviéticas. Blinken advirtió entonces que la Alianza seguirá con su política de «puertas abiertas» y admitirá a quien lo solicite, si cumple los requisitos necesarios, no porque exista un veto interpuesto por Rusia. Unos días después, ya a principios de febrero, el ministro de Exteriores ruso dijo que «si fracasan nuestros intentos de acordar principios mutuamente aceptables para garantizar la seguridad en Europa, tomaremos medidas de represalia». Respondiendo a una pregunta directa sobre cuáles podrían ser tales medidas, Lavrov dijo: «pueden ser muy diferentes y la decisión se adoptará en base a las propuestas que presenten nuestros militares». Tres semanas después, comenzó la guerra.
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