La Policía peina Berlín en busca de dos terroristas armados de la Fracción del Ejército Rojo (RAF)

La Policía efectuó anoche en el distrito de Friedrichshain diez detenciones y a primera hora de hoy ha confirmado que ninguna de ellas responde a la identidad de los fugitivos. También han sido registrados varios edificios en un polígono industrial en Markgrafendamm y Persiusstrasse y a primera hora de esta maána (lunes) ha sido registrado un apartamento en la calle Corinthstraße, en el que se ha tomado declaración a tres personas pero no se ha encontrado a ninguno de los terroristas.

La Oficina Estatal de Investigación Criminal de Baja Sajonia ha hecho públicas nuevas fotos de uno de ellos, Burkhard Garweg, y ha pedido ayuda a la ciudadanía para dar con él, porque sospecha que sigue oculto en algún lugar de Berlín, al igual que otros destacados miembros de la denominada «tercera generación» de la RAF. Alguno de ellos habría estado viviendo «con un alto grado de probabilidad» en una caravana que ha sido incautada que está siendo objeto de una exhaustiva investigación. «Suponemos que el contenedor era el alojamiento de Burkhard Garweg», ha confirmado una portavoz de la Oficina Estatal de Policía Criminal (LKA) de Baja Sajonia, a cargo de la investigación.

Si bien la primera generación del grupo terrorista justificó sus crímenes como forma de protesta contra los EE.UU y la guerra de Vietnam, la segunda se dedicó principalmente a la lucha de liberación de la primera cuando sus miembros estaban ya en la prisión de Stuttgart-Stammheim a mediados de los 70. Pero esta tercera generación es un «capítulo inexplicable» de la historia de la banda terrorista, según el experto Stefan Aust, que subraya que «lo único que les importaba era cometer el asesinato perfecto, sin dejar rastro». Se atribuye a los perseguidos los asesinatos del banquero de Deutsche Bank Alfred Herrhausen (1989), en el que murió además su chófer, y de Detlev Karsten Rohwedder (1991), el jefe de Treuhand, la institución encargada de las privatizaciones de las empresas estatales de la RDA tras la reunificación alemana.

Durante décadas, la RAF fue el epítome del terror y el asesinato en el este de la todavía dividida Alemania y se sospecha que Burdock, Staub y Garweg financiaron su vida clandestina entre 1999 y 2016 mediante robos, cometidos especialmente en Renania del Norte-Westfalia y Baja Sajonia, tras la disolución de la banda en 1998. En Berlín, han perpetrado en los últimos años robos con Kalashnikovs y bazucas han sobrevivido atracando supermercados y autobuses públicos, en busca de dinero en efectivo. La policía sabe que van armados y reconoce el riesgo de que se produzca un tiroteo en Berlín o en cualquier otro lugar durante la detención. Pero más inquietante que este peligro es la simpatía de la que parece seguir disfrutando el grupo terrorista.

Junto al Spree han aparecido pintadas en las que se desea «mucha fuerza Daniela y mucha suerte Burkhard y Volker!». La asociación 'Rote Hilfe' (Ayuda roja), con más de 13.000 miembros y especializada en apoyar a los miembros delincuentes del sector, reaccionó a la detención de Klette con un mensaje de odio contra el Estado de derecho, en la que describía la operación policial como «el resultado de años de persecución y de la necesidad de venganza del Estado contra los antiguos miembros de los grupos guerrilleros urbanos».

En 2016, la asociación ya había deseado a los miembros de la RAF en la clandestinidad «mucha fuerza y alegría de vivir», lo que «hace sospechar que Klette, Garweg y Staub podrían haber recibido apoyo durante años de esta organización o de su entorno», ha publicado el diario berlinés Tagesspiegel. «Este último contingente de la RAF asesinó a diez personas; hasta ahora sólo se ha resuelto uno de esos crímenes y los investigadores ni siquiera saben dónde vivieron los asesinos de la tercera generación durante más de una década y media», recuerda otro experto en la RAF, el abogado Butz Peters, que espera avances en la investigación tras la detención de Klette.

«Los investigadores harán que el programa de indulgencia sea más aceptable para Klette. Entonces ella tendrá que decidir», sugiere la aportación de información decisiva por parte de la detenida. El Ministerio de Interior alemán ha dotado de prioridad a esta investigación. «Nadie debería sentirse seguro en la clandestinidad», ha dicho la ministra Nancy Faeser.