El caso de la niña violada, torturada y degollada se convierte en un arma política contra Macron
La oposición acusa al Gobierno francés de laxitud e ineficacia policial
Abuso sexual, sangre en una botella... Las macabras confesiones de la presunta asesina de la niña Lola en París que ahora niega
París
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Iniciar sesiónEl secuestro, tortura, violación y degüello de una chica de 12 años, Lola, se ha transformado en un arma política arrojadiza contra el gobierno de Emmanuel Macron, acusado de laxitud e ineficacia policial.
Dahbia B., argelina de 24 años, residente en Francia de manera ... transitoria, fue detenida, inculpada y encarcelada por los delitos de «violación y asesinato, tras actos de tortura y barbarie» cometido contra Lola, el viernes pasado, en un barrio del norte de París.
La policía y la justicia tardaron 48 horas cortas en descubrir y encarcelar a la acusada. Sin embargo, las primeras revelaciones sobre la identidad y situación administrativa de Dahbia B. han avivado una polémica de cierto calado, muy negro.
Inculpan a una joven argelina por el asesinato de una niña francesa tras actos de «tortura y barbarie»
Juan Pedro QuiñoneroLa Brigada criminal de la policía parisina detuvo el sábado a dos hombres y una mujer, hermana de Dahbia B., residente en un inmueble próximo al edificio donde se encontró el cuerpo degollado hallada en una maleta
La joven argelina entró en Francia, hace pocos años, como «estudiante». Seguía teniendo documentación de residente «provisional», pero se encontraba desde hace meses en la «obligation de quitter le territoire» (OQT, obligación de abandonar el territorio nacional), una situación administrativa muy «elástica».
Los extranjeros en OQT no siempre son expulsados, y suelen perderse en Francia con relativa facilidad. Dahbia B. no estaba fichada, no había cometido ningún delito, crimen… hasta el viernes pasado.
Falta de integración
Ante esa situación, Marine Le Pen, presidenta de Agrupación Nacional (AN, antiguo FN, extrema derecha), acusa al gobierno de Emmanuel Macron de «irresponsabilidad»: «La sospechosa de un acto de barbarie criminal no debía encontrarse en el territorio nacional. El gobierno del señor Macron practica la laxitud migratoria. El gobierno no tiene conciencia de la emoción inmensa que ha suscitado un drama que toca el corazón del pueblo francés».
A la extrema izquierda, Alexis Corbière y François Ruffin, dirigentes de La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda populista), no utilizan ese lenguaje, pero también denuncian la ineficacia policial, insistiendo en el horror evidente de un crimen atroz.
Gérald Darmanin, ministro del Interior, antiguo portavoz oficial de Nicolas Sarkozy, ex presidente de la República (conservador), es el principal acusado de laxitud gubernamental, y responde de este modo: «Hay mucha indecencia en las personas que transforman esta historia pavorosa en un panfleto electoral».
Más allá de la tragedia bárbara, el caso de Dahbia B., vuelve a plantear, con crudeza, el problema de fondo de la inmigración magrebí y africana, cuando la no integración de muchos franceses de confesión musulmana (entre 5 y 6 millones, en un país de 68 millones) agita un agrio debate permanente.
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