Macron viaja a Washington para restaurar la confianza con EE.UU.

Donald Trump recibió a Macron en la capital norteamericana, el mes de abril del 2018. Visita marcada por muchas tensiones de fondo, «solventadas» con «mucho color». Aquella visita dejó en suspenso el futuro de la Alianza Atlántica y el riesgo de volatilidad del «paraguas militar» de los EE. UU. en la seguridad de Europa.

Tres años más tarde, la crisis de los submarinos abrió el 2021 una crisis excepcional entre París y Washington. Australia rompió un contrato de compra de doce submarinos de ataque de construcción francesa en beneficio de los constructores de armas norteamericanos, consecuencia de la alianza australiana con los EE. UU. y el Reino Unido en el Océano Pacífico. Los equipos de Biden y Macron tardaron poco menos de un año en «solventar» aquella crisis de fondo.

Ante la crisis del Covid (2021) y la guerra de Ucrania, desde el mes de febrero pasado, Washington y París, Joe Biden y Emmanuel Macron, decidieron que era muy urgente restaurar los grandes principios de las relaciones bilaterales, desde una óptica europea.

En cuestiones de seguridad militar, la visita de Macron a Washington tiene varios objetivos: Seguir coordinando las posiciones de la primera y la tercera potencia nuclear mundial, ante el riesgo de una escalada atómica, en Europa, si Putin se dejase arrastrar por una «locura». Seguir intercambiando informaciones recogidas por la flota de satélites militares, americanos y franceses, en Europa, África (con presencia militar francesa importante) y la vastísima zona de los océanos Índico y Pacífico. Seguir «equilibrando» y «coordinando» las posiciones comunes ante el expansionismo ruso y chino, en África y el Pacífico.

En cuestiones de estrategia comercial, agraria e industrial, el diálogo Biden -Macron, EE. UU.- Francia, tiene muchos e inflamables flecos europeos.

La Unión Europea (UE) teme colectivamente los riesgos de enfrentamiento y guerra comercial con los EE. UU., tras la entrada en vigor, el año que viene, de la IRA (Inflation Reduction Act), concebida por la administración Biden para combatir la inflación y favorecer a la industria norteamericana en la escena comercial mundial. Europa teme una política proteccionista muy perniciosa para las industrias europeas. Segunda potencia agraria mundial, después de los EE. UU., Francia está en primera línea de «reservas». Tercera potencia exportadora mundial de armamentos, Paris compite con Washington en muchos mercados. Biden y Macron debieran «eliminar» el riesgo de tensiones inflamables.

Al más alto nivel protocolario, la visita de Estado de Emmanuel Macron, en un momento «bisagra» para la historia de Europa, África y la vastísima zona Índico - Pacífico, debiera confirmar unas relaciones muy fuera de lo común. Alemania quizá tenga mayor peso que Francia en el terreno económico: pero no tiene armas nucleares ni proyecta sus ejércitos en África. El Reino Unido tiene unas relaciones privilegiadas con Washington: pero el Brexit inició una desafortunada «desconexión» con Europa, que causó estragos en otros terrenos. En Washington, Macron hablará en nombre de una Francia que también defiende intereses europeos de mucho calado.