López Obrador protagoniza sus últimas fiestas nacionales y se despide frente a un Zócalo atestado

Antes del acto el presidente se apuró a publicar en el diario oficial la reforma constitucional al Poder Judicial, iniciativa que ha cimbrado al país y generado nerviosismo en los inversores. La publicación se llevó a cabo a pesar de que un tribunal federal había ordenado que esto era improcedente.

«Esta iniciativa de reforma al Poder Judicial la vamos a firmar, la vamos a suscribir en este día histórico, se tiene que publicar. Ya fue aprobada en la Cámara de diputados, en la Cámara de senadores y en la mayoría de las legislaturas locales, como la misma Constitución lo exige», dijo AMLO en un vídeo difundido horas antes del grito de independencia.

A diferencia de otros años, en Palacio Nacional, López Obrador solo estuvo acompañado por su círculo más cercano, su gabinete, asesores cercanos y familiares. El presidente caminó hacia el balcón ubicado frente al Zócalo en soledad y con algún tipo de molestia que exhibía una movilidad un tanto más reducida.

Esta vez no hubo invitados especiales, incluidos los representantes diplomáticos de otros países que, en esta ocasión, no fueron convocados.

Quienes tampoco fueron invitados a estar en los palcos son líderes de las cámaras del Congreso y, por segundo año consecutivo, los del Poder Judicial.

Fue la despedida del presidente. A pesar de las fuertes lluvias, miles de simpatizantes clamaban frente a Palacio Nacional: «¡Es un honor estar con Obrador!» y «¡No te vayas, no te vayas!».

Parte de los asistentes al Zócalo fueron transportados por la Secretaría del Bienestar que es la encargada de asignar los programas sociales a la población vulnerable. Llegaron al centro de la capital a borde de autobuses provenientes de diversos estados de la república.

En esta ocasión los presidentes mexicanos históricamente han incluido diversas arengas al momento de dar «el grito» de la independencia. López Obrador proclamó ante la multitud 25 arengas, entre las cuales pidió la muerte de la corrupción, la avaricia, el racismo y la discriminación.

Al concluir el Grito, el tabasqueño hizo sonar en 61 ocasiones la campaña de Dolores. Luego observó los fuegos pirotécnicos y, por primera vez en el Zócalo, un espectáculo de drones que formaron las palabras Gracias y México.

Desde el balcón central de Palacio Nacional, López Obrador señaló a su sucesora, Sheinbaum, quien junto con su marido José María Tarriba atestiguaba la ceremonia, conmovida, desde un balcón lateral.