López Obrador estigmatiza a la prensa mexicana pese a la escalada de asesinatos
El país mesoamericano se convierte en el más peligroso para los informadores, con 15 muertos en lo que va de año
Los periodistas Carlos Loret de Mola y Claudio Ochoa critican al presidente por no atajar la oleada de violencia
Corresponsal en Ciudad de México
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Iniciar sesiónMéxico ya copa la lista como el más mortífero para la prensa con quince periodistas asesinados en lo que va de 2022, uno cada quince días. Un récord anual histórico a cuatro meses de acabar el año que hace que supere a Siria, Birmania, ... Afganistán e incluso a Ucrania, donde la invasión rusa ha desencadenado bombardeos específicos destinados a eliminar reporteros. Por fortuna, México cuenta con la férrea labor en defensa de la libertad de prensa de los periodistas Claudio Ochoa y Carlos Loret de Mola, integrantes del medio Latinus, que conversan con ABC.
El periodista más célebre de México y azote del actual Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), con el que mantiene sonados enfrentamientos, es Carlos Loret de Mola. El reportero cree que el panorama periodístico mexicano «pinta oscuro» en el futuro inmediato, «porque mientras surge un recrudecimiento de la violencia que afecta a todos los sectores de la sociedad al mismo tiempo, el discurso del presidente tiene como eje central, para encubrir su falta de resultados, el ataque permanente y la estigmatización de los medios». A su juicio, eso «abarata hablar mal de la prensa en una coyuntura en la que confluyen todos estos asesinatos».
Semanas de violencia
Las últimas dos semanas han sido especialmente violentas en el país mesoamericano, donde se han prodigado los narcobloqueos en Jalisco, Guanajuato, Colima y Baja California o un ataque terrorista en Ciudad Juárez, que se unen a los asesinatos de informadores. Loret de Mola analiza la escena de violencia en las últimas semanas: «No veo al Gobierno con ningún apetito de disminuir sus ataques a la prensa y mucho menos dispuesto a esclarecer las muertes a las periodistas».
Casi todas las víctimas son propietarias de pequeños digitales, que con sus investigaciones se inmiscuyen en el camino del corrupto, pero la pregunta es por qué nunca se arresta al autor intelectual, que alcanza en un 98% de los casos de impunidad.
«Debido a que forma parte de los pactos políticos esta impunidad, es decir, cuando el presidente ataca a los medios de comunicación desde la tribuna, ¿qué mensaje está mandando a los líderes políticos locales o a las autoridades de pequeños municipios? Que vale atacar a la prensa. Y si encima el presidente trata con cariño, abrazos y respeto a los narcotraficantes y a los delincuentes, extiende un cheque en blanco para que las disputas con estos informadores se resuelvan con violencia, como secuestros o ejecuciones, que se inscriben en este ambiente nacional», desgrana Loret de Mola.
Las críticas del célebre periodista no se quedan ahí y expone una situación que se repite a menudo: «Cuando un político corrupto, por ejemplo de un municipio de medio tamaño, se topa con un comunicador incómodo en una, permíteme la expresión, 'temporada de caza', porque no se persigue los asesinatos que quedan impunes y el presidente ataca sistemáticamente a los periodistas, percibe que no se actúa contra los delincuentes».
«Los propios grupos criminales leen que tienen un lugar más honorable que los periodistas y que son respetados por el hombre más poderoso del país», exclama Loret de Mola. «López Obrador se refiere al Chapo Guzmán como 'señor', mientras si eres periodista crítico te insulta, te denosta y te calumnia en unos mensajes que calan en un país hiperpresidencialista con gran peso de la figura de la máxima autoridad de la nación mexicana», sentencia.
El renombrado comunicador asegura que, debido a este nuevo paradigma, algunos políticos, como la jefa municipal de Tijuana, se animan a reclamar a los delincuentes que cobren el derecho de piso (un tipo de chantaje mensual por regentar un negocio) o que extorsionen a quien lo tengan que hacer, alentando la corrupción.
Un sistema que no funciona
El Sistema de Protección a periodistas, que ha resultado fallido en tantas ocasiones, le parece a Loret de Mola «un lavado de cara para escudarse en él cuando pasa algo grave», en lugar de un esfuerzo del Estado para mejorar las condiciones de los trabajadores de la comunicación. «López Obrador es una amenaza para la libertad de expresión», despacha. Y concluye que no puede ser protector el mismo Gobierno que que ataca a la prensa, subrayando que no hay un interés real en proteger a los guardianes de la verdad.
El Parlamento Europeo llegó a condenar en marzo la violencia en la que se ven abocados a trabajar los reporteros. En reacción, AMLO llegó a acusar a la institución de estar aliada con los «opositores conservadores» y en su contra. Por primera vez, los plumillas que cubren La Mañanera, su rueda de prensa diaria, le dieron la espalda y no le hicieron preguntas.
Para Loret de Mola, el mandatario mexicano «está extraviado en su ego y en sus fantasías». «Opina que todo es una conspiración internacional de la derecha para hacer descarrilar su Gobierno», señala. «Ojalá trabajara la mitad de lo que habla con estos disparates», reclama. «Su narrativa busca generar pretextos y tender cortinas humo que viene en el manual de los populistas», añade el periodista.
Posible remedio
Pese a la oleada de violencia que sufre México, donde se suelen rebasar los cien asesinatos diarios, Loret de Mola apunta que este difícil escenario tiene remedio, y pasa «por un cambio radical sobre la estrategia del presidente ante este problema, como profesionalizar a la policía civil para que esté bien entrenada y transformar el Poder Judicial y el Estado de Derecho en México». También critica la estrategia herrada del presidente: «Creyó que iba a acabar con la delincuencia abrazando a los criminales y llenando las calles de soldados, y lo único que ha pasado es que ha batido récord frente a los sexenios de Calderón y Peña Nieto, que tuvieron cifras catastróficas».
También responde a las preguntas de ABC Claudio Ochoa Huerta, exreportero de los Telediarios de Televisa que ejerce como presentador en el noticiero Latinus. Ochoa Huerta asegura que el incremento de la violencia sobre los periodistas «no tendrá remedio si no cesan los ataques a la prensa desde la cúpula del país. No es ninguna casualidad que superemos a Ucrania». Además, el periodista pone el foco en los reporteros locales, que «están a merced de las autoridades menores, como regidores, alcaldes y gobernadores», que tienen que lidiar con los delincuentes y con los tentáculos del poder.
«El cese de la violencia no parará hasta que el sistema cambie y las autoridades asuman que esto no se trata de ofrecer condolencias cada vez que asesinan a un colega, sino de empezar a implementar verdaderas medidas de protección para los periodistas y de aniquilación al crimen organizado», explica Ochoa Huerta.
Tras cada muerte, se repiten las mismas palabras. Huerta analiza la retahíla expositiva del panorama de horror entre frases hechas y actos que nunca se llevan a cabo. En definitiva, la sempiterna noticia por la que se mueven los vilipendiados medios mexicanos: «Nos estamos malacostumbrando a ese proceso: aparece el portavoz de la Presidencia, las condolencias de los colegas, las vigilias, el presidente da el pésame, varios tuits de condena, y ya estamos preparados para otra muerte», explica con resignación.
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