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El caos político como endemia tortura a Italia desde su origen

La inestabilidad ha impedido a Draghi realizar las reformas que necesita un país donde los gobiernos duran, como media, menos de 15 meses. En la última legislatura casi la mitad de los parlamentarios cambiaron de chaqueta

Draghi se muestra dispuesto a seguir como primer ministro de Italia

La UE pide a Draghi que siga como garante de la estabilidad de Italia

Berlusconi toma del brazo al todavía primer ministro italiano, Mario Draghi, en una fotografía de 2008 efe
Ángel Gómez Fuentes

Ángel Gómez Fuentes

Corresponsal en Roma

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La caída del Gobierno Draghi vuelve a plantear en Italia su problema de inestabilidad, que se ha convertido en sistémico en la última década, periodo en el que se han sucedido ocho ejecutivos (Berlusconi, Monti, Letta, Renzi, Gentiloni, Conte I, Conte II y ... Draghi). Cuatro de estos primeros ministros ni siquiera habían sido elegidos en las urnas (Monti, Renzi, Conte y Draghi). El problema es que la inestabilidad política no solo afecta al ámbito institucional, sino también a la economía, porque, entre otras cosas, retrae las inversiones y dificulta hacer proyectos a largo plazo. Italia se ha visto así durante las dos últimas décadas prácticamente sin crecimiento económico. Además, al tratarse de la tercera economía de la eurozona, su inestabilidad tiene repercusiones en Europa y preocupa en Bruselas.

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