Biden, al ataque contra el 'trumpismo': «Nuestra democracia no está garantizada»

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Javier Ansorena

El asalto al Capitolio y las falsas acusaciones de fraude electoral contra Biden no acabaron con el trumpismo

Biden acudió a la ciudad de Pensilvania, la cuna del país, para tratar de convertir las elecciones legislativas de este otoño en un rechazo al 'trumpismo' y su amenaza sobre el sistema democrático de EE.UU., la democracia más vieja y estable del mundo.

Año y medio después de su salida de la Casa Blanca y del asalto trágico al Capitolio por una turba de sus seguidores, Trump se ha reafirmado como el jefe del partido republicano. Ha conseguido que la gran mayoría de sus líderes se adhieran -con mayor o menor entusiasmo- a sus acusaciones de 'robo' electoral en las presidenciales de 2020, algo no respaldo por los tribunales ni por las propias autoridades del Departamento de Justicia bajo su mandato.

Muchos de los candidatos que concurren este noviembre a las elecciones niegan la legitimidad de Biden como presidente, proclaman que las elecciones -en las que el ganador obtuvo siete millones de votos más que Trump- estuvieron «amañadas» y han condonado la actuación de los asaltantes de la sede de la soberanía popular.

«La igualdad y la democracia están bajo ataque», dijo Biden, en un discurso con pompa y circunstancia, delante del Independence Hall, donde se debatió y redactó la Constitución de EE.UU.

Pocas horas antes del discurso, Trump prometió en una entrevista en radio que perdonará a condenados por el asalto al Capitolio, los mismos que trataron de evitar que se certificara a un presidente elegido por las urnas: «Me refiero a perdones completos y con disculpa para muchos», dijo el expresidente para el caso de que recuperara la Casa Blanca, que añadió que estaba dando dinero a algunos. «Estoy ayudando financieramente a gente que es increíble y que estuvieron de hecho en mi oficina hace dos días, así que están muy presentes en mí», dijo. «Es una desgracia lo que les han hecho».

Biden buscaba impulsar con este discurso a los candidatos demócratas que se presentarán en poco más de dos meses a las elecciones, con malas perspectivas para su partido: pese a un par de victorias recientes en elecciones especiales, las encuestan apuntan a que los demócratas perderán su mayoría exigua en la Cámara de Representantes y a que no mejorarán el empate actual en el Senado.

«No todos los republicanos, ni siquiera una mayoría de ellos, son republicanos MAGA», defendió Biden, en un guiño electoral a moderados e independientes. «Pero no hay duda de que el partido republicano de hoy está dominado, conducido e intimidado por Donald Trump y los republicanos MAGA».

La visita de Biden se producía en medio de la bronca política por el registro a la mansión de Trump en Florida por parte de agentes del FBI. La operación, autorizada por un juez federal ante indicios de la retención de documentos clasificados, ha provocado acusaciones de «persecución política» por parte de Trump y sus aliados y llamamientos a la violencia contra el FBI por parte de sus seguidores más radicales.

Una encuesta de esta semana de YouGov apuntaba a que más del 40% de los estadounidenses cree que hay posibilidades de que haya una guerra civil en un periodo de diez años.

Biden acusó a los republicanos de no respetar el resultado de las elecciones, de trabajar para que las elecciones se inclinen de un solo lado y de «avivar la llama de la violencia política».

«Los republicanos MAGA están decididos a destrozar la democracia estadounidense», proclamó Biden. «Creen que solo hay dos resultados para unas elecciones: o ganan o les han hecho trampas», dijo. «No entienden lo que todo patriota estadounidense sabe: no puedes amar a tu país solo cuando ganas».

Es innegable que la democracia estadounidense está agrietada por el ‘trumpismo’; pero también que el discurso de Biden tiene tanto que ver con eso como con tratar de ganar las elecciones. Las legislativas iban camino de ser un referéndum al actual presidente, con un país asolado por la inflación y tras episodios desastrosos como la salida de Afganistán. Con el discurso, Biden trató este jueves de reconducirlo hacia un referéndum sobre el ‘trumpismo’ y su ataque a los resultados electorales: el presidente es consciente de que nada moviliza más a los demócratas -y quizá también a independientes y moderados republicanos- que la sombra de Trump.