Argentina se prepara para el debate presidencial más tenso de los últimos años

El debate televisivo resultará clave para conquistar los votos de los indecisos, dado que la mayoría de las encuestas anticipan que la elección del próximo 19 de noviembre será muy reñida, y que habrá una diferencia muy pequeña –de menos de cinco puntos- en los votos que obtenga cada candidato. En Argentina se respira un clima de desencanto y resignación, dado que varios de los votantes no se sienten identificados con ninguna de ambas propuestas, por lo que el voto en blanco puede resultar una opción en muchos casos.

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Pese a que ya habido hasta ahora dos debates presidenciales, el que se avecina tendrá rasgos muy distintos no solamente porque se realiza a una semana de las votaciones definitivas, sino también porque esta vez no son cinco los candidatos, sino solo los dos «finalistas».

Así como muchos criticaban la liviandad de los anteriores intercambios televisivos, ahora se prevé un escenario bastante más tenso. En Argentina la Cámara Nacional Electoral (CNE) es el organismo encargado de organizar estos debates, a los que define en su sitio oficial como «un derecho de la ciudadanía que permite conocer en un mismo momento y en un mismo lugar las propuestas de aquellos que aspiran a ocupar la presidencia de la Nación».

La CNE anticipó que el debate del domingo estará planteado en función de seis ejes temáticos: economía, relaciones de Argentina con el mundo, educación y salud, producción y trabajo, seguridad, derechos humanos y convivencia democrática. A través de un sorteo, se ha definido que el primero en hablar será el actual ministro de Economía. Massa dará inicio al primer bloque – tendrá un minuto para una apertura y presentación- y luego le tocará el turno a Javier Milei. El organismo pidió expresamente que no haya interrupciones entre los dos candidatos, aunque habrá que ver si se cumple con esta consigna.

Pese a que Milei –que se encuentra recluido en estos días y hasta canceló un acto en Buenos Aires para prepararse para el debate- había pedido leer en una parte del debate, esto no le ha sido concedido. Por el contrario, la CNE dispuso que los postulantes no podrán leer apuntes ni disponer de «ayuda memoria». Hacia el final del evento–que se estima que tenga una duración aproximada de dos horas-, cada uno de los candidatos presidenciales tendrá dos minutos para cerrar ideas y finalizar su discurso.

En la prensa argentina, muchos medios locales definen la segunda vuelta como una elección entre el enojo y el miedo. En este sentido, consideran que tendrán un peso relevante los «votos anti». En un país con una inflación anual que supera el 130% y una pobreza del 40%, el kirchnerismo ha ganado cada vez más enemigos y gran parte de la población no puede concebir que el próximo presidente argentino sea justamente el actual ministro de Economía, Sergio Massa.

Por otra parte, gran parte de los argentinos teme una deriva autoritaria si Milei llegara a la Casa Rosada y algunas ideas del economista generaron miedo en algunos votantes. Su pronunciación en favor de la venta de órganos y de armas, su idea de «dinamitar» el Banco Central y su discurso con respecto a las atrocidades cometidas en la última dictadura militar (en total ha habido seis en Argentina) han hecho saltar las alarmas tanto en sectores de la izquierda como otros la derecha.

Por la falta de atractivo de ambos candidatos para los argentinos, varios expertos anticipan que el voto en blanco y el ausentismo jugarán un papel importante en la definición del nuevo presidente, pese a que este domingo ambos irán a la caza de aquellos votantes que siguen indecisos.