Los presupuestos de Trump: más gasto en Defensa y menos en ayuda internacional y Medioambiente

El plan que el presidente de EE.UU. presentará al Congreso para el presupuesto federal del año que viene incluirá recortes en 18 agencias gubernamentales. Es un tijeretazo ambicioso, con reducciones de más del 20% en departamentos como los de Agricultura o Trabajo y con recortes radicales como el que sufrirá el Departamento de Estado –equivalente al Ministerio de Asuntos Exteriores– (29%) o la Agencia para la Protección Medioambiental (EPA), que se lleva el palo más fuerte con una caída de su financiación del 31%.

Sin duda, la propuesta encontrará oposición en el Congreso –el encargado de aprobar los presupuestos–, también por parte de republicanos, que controlan la Cámara de Representantes y la del Senado. La presentación del plan es el primer paso de una ardua negociación entre la Casa Blanca y los legisladores sobre el gasto gubernamental, pero de momento sienta las bases de lo que será la acción ejecutiva de Trump. «Este presupuesto representa a un presidente que no se debe a nadie más que a sus votantes», aseguró el director de la Oficina de Gestión y Presupuestos, Mick Mulvaney, para quien la propuesta es «la transformación en números» de las políticas que Trump prometió durante la campaña.

El ejemplo más claro es el medio ambiente. Trump puso al frente de la EPA a Scott Pruitt, que como fiscal general de Oklahoma había criticado las políticas de la agencia medioambiental, y ahora propone dejarla en los huesos: eliminará 50 programas y reducirá una quinta parte de su plantilla. Entre otros ajustes, cancelará los pagos a los programas de cambio climático de la ONU, así como a investigaciones en este ámbito por agencias como la NASA o la NOAA (dedicada a los océanos y la atmósfera), además de recortes de financiación para energías renovables.

En educación también hay recortes generalizados (14%), que afectan a la formación de profesores o a las ayudas a estudiantes de bajos recursos o inmigrantes de primera generación, pero se propone una inversión histórica –1.400 millones de dólares– para el impulso de colegios concertados y privados y para facilitar la elección de centro.

Uno de los puntos más discutidos son los recortes a la diplomacia. El recorte combinado del presupuesto del Departamento de Estado y de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID) es de 10.100 millones de dólares, y afectará entre otras partidas a la financiación de las fuerzas de paz de la ONU y a la mayoría de los programas de asistencia internacional, muchos de ellos impulsados por demócratas y republicanos durante décadas y que muchos entienden como un complemento necesario a la fortaleza militar de EE.UU.

La investigación también se ve afectada: los Institutos Nacionales de Salud perderán casi 6.000 millones de dólares dedicados a la ciencia. Lo mismo ocurrirá con multitud de programas asistenciales, desde ayudas energéticas a viviendas protegidas. La financiación de otras agencias y programas se ven eliminadas por completo . Es el caso de la radiotelevisión pública o de los fondos nacionales para las Artes y las Humanidades.

Sí hay incremento de gasto para el Departamento de Seguridad Nacional, con una dedicación especial a una de sus promesas «estrella» de la campaña: Trump pide 1.700 millones este año y otros 2.600 millones en 2018 para construir el muro con México.