Trump amenaza a Irak con «sanciones como no ha visto en su vida» si expulsa a las tropas de EE.UU.

Desde que lanzó su campaña electoral, Trump nunca ha ocultado que considera la guerra de Irak poco más que un desastre, algo que le ha llevado a ser muy crítico con el último gobierno republicano, encabezado por George W. Bush . Y aunque Trump eligió como consejero de Seguridad Nacional a un miembro de aquel Gobierno (y firme defensor de la invasión de Irak), este, John Bolton , duró en el puesto poco más de un año, despedido en septiembre, tras varias desavenencias con el presidente.

«Irak fue nuestra peor decisión, meternos en Oriente Próximo fue la peor decisión que nunca se ha tomado en toda la historia de nuestro país, y lo he dicho en público», explicó Trump el domingo a bordo del avión Air Force One cuando regresaba a Washington de sus vacaciones en Florida. «Ha quedado demostrado que no fue Irak quien derribó las Torres Gemelas, pero allí estamos. Nos vamos a retirar del todo, saldremos del todo de muchas zonas de conflicto», añadió.

A pesar de que el presidente desea sacar a EE.UU. de Irak, lo que no quiere es que sea el Parlamento de ese país quien eche a las tropas, sobre todo porque, según añadió, estas están destinadas en una base nueva que ha costado mucho dinero. «Es una base extraordinariamente cara, que nos ha costado miles de millones, encargada por mis predecesores. No nos vamos a ir hasta que nos paguen de vuelta lo que nos hemos gastado en ella», añadió Trump.

Como es habitual –ya ha sucedido con el muro en México– si Irak no paga el coste de la base, Trump dice que aplicará una serie de sanciones que asfixiarán al empobrecido país, que entre 2003 y 2010 vivió una invasión, una larga guerra y una insurgencia de la que en parte emergió Daesh. «Si nos piden que nos salgamos tiene que ser de forma amistosa, y si no es así, les pondremos unas sanciones como no han visto nunca, unas sanciones que harían que las de Irán parezcan ligeras», dijo el presidente.

La invasión de EE.UU. en 2003 derrocó el régimen suní de Saddam Hussein y abrió un proceso de transición cuyas elecciones las han ganado partidos chiíes, la mayor parte de ellos aliados de Irán en mayor o menor grado. De hecho, y según ha denunciado la Casa Blanca en días recientes, Irán aprovechó el tumulto posterior a la invasión de Irak para introducir milicias propias en ese país que son responsables de la muerte de hasta 700 soldados estadounidenses. Desde 2003, han muerto casi 4.500 en ese país árabe.

Por estos motivos, Irak se ha convertido recientemente en escenario de la tensión entre Washington y Teherán. En Bagdad murió el general Suleimani. La Embajada norteamericana en esa ciudad había sido asaltada días antes por una turba incitada por milicias proiraníes. Y en la localidad iraquí de Kirkuk una de esas milicias, Kataeb Hezbolá, mató a un ciudadano norteamericano en un bombardeo.