Salah Abdeslam se niega a hablar con investigadores desde los atentados de Bruselas

Así lo ha asegurado el ministro de Justicia belga, Koen Geens, en una intervención ante la comisión parlamentaria sobre terrorismo para explicar la criticada gestión del Gobierno de esta crisis.

Geens ha explicado que, de acuerdo a lo que le ha trasladado el Fiscal federal, Abdeslam «ya no quiere hablar» , pese a que inicialmente declaró su voluntad de colaborar.

En un comunicado enviado tras la intervención del ministro, la Fiscalía federal ha confirmado que Abdeslam fue llevado a declarar el día 22 de marzo, tras los atentados de Bruselas, y el detenido «rechazó hacer ninguna declaración».

Abdeslam también habría cambiado su estrategia de cara a la extradición que solicita Francia , ya que si en un primer momento su abogado dijo que la rechazaría, ahora ha pedido que se produzca « lo más rápido posible ».

La Fiscalía también ha respondido en su comunicado a las críticas recibidas al trascender que Abdeslam apenas había declarado durante una hora ante los responsables de la investigación desde que fue detenido.

De acuerdo a la Fiscalía, el detenido no pudo declarar hasta un día después de su detención por prescripción médica, ya que se recuperaba de una operación tras recibir un tiro en la pierna durante el asalto que permitiró su arresto.

A partir de ahí, añade el comunicado, Abdeslam prestó declaración durante varias horas, tanto en relación a lo ocurrido en París el 13 de noviembre, como sobre la demanda de extradición presentada por Francia.

Según el canal francés BFMTV, Abdeslam usó su declaración para descargar toda la responsabilidad de los atentados de París sobre Abdelhamid Abaaud , muerto el 18 de noviembre en un asalto de la Policía a un piso franco en el barrio de Saint-Denis (París).

También revela que en los ataques coordinados en París participaron «nueve personas» además de él , aunque asegura no conocer a parte de ellos, y sostiene que decidió echarse atrás cuando llegó al Stade de France, en donde debía inmolarse, y se marchó sin rumbo hasta deshacerse del cinturón explosivo que portaba.