El Reino Unido pedirá a los inmigrantes hablar inglés y no dará visas a los trabajadores poco cualificados

El nuevo sistema de inmigración funcionará otorgando a los solicitantes de entrada una cantidad de puntos según su profesión, habilidades, experiencia e idiomas, entre otras, y otorgará el visado a quienes obtengan los 70 puntos necesarios. Hablar inglés y tener una oferta de trabajo de una empresa aprobada por el Gobierno puede suponer hasta 50 puntos. En este sistema, los trabajadores de la Unión Europea serán tratados igual que quienes sean de fuera de ella y tal y como ha señalado Johnson en diversas ocasiones, tendrán prioridad quienes tengan un currículum destacado en áreas como ciencia, tecnología e innovación. El Gobierno ha acordado que la oferta de trabajo debe ser de un mínimo de 25.600 libras (30.800 euros aproximadamente).

De hecho, aunque a la gran mayoría se le exigirá tener una oferta de trabajo en firme antes de solicitar el permiso, se pondrá en marcha un esquema de vía rápida para que los «principales científicos del mundo», así como «los mejores investigadores y matemáticos», según el Ejecutivo, puedan entrar para quedarse en el país sin tener una oferta de trabajo concreta. También habrá una vía rápida dentro del NHS (el sistema nacional de salud) para profesionales sanitarios de carreras como medicina y enfermería, aunque estos sí tendrán que tener una oferta dentro del sistema público para poder hacer la solicitud.

Priti Patel, ministra del Interior, se felicitó por la noticia declarando que «hoy es un momento histórico para todo el país. Atraeremos a las mejores y más brillantes personas de todo el mundo, impulsando así la economía y a nuestras comunidades, y liberando todo el potencial de este país». Patel afirmó asimismo que cuando se ponga en marcha el nuevo sistema, las compañías «necesitarán capacitar a más trabajadores británicos» para cubrir puestos vacantes, y explicó que alrededor de ocho millones de personas de entre 16 y 64 años están «inactivas económicamente» y por lo tanto disponibles para recibir formación en diferentes sectores.

Las declaraciones de la ministra son la respuesta a los empresarios que han dado la voz de alarma ya que consideran que el nuevo mecanismo provocará una importante escasez de mano de obra, sobre todo en sectores como la hostelería, la agricultura y el cuidado de niños, personas mayores y enfermos, en los que actualmente trabajan extranjeros poco cualificados o que no dominan el idioma. Y es que en el nuevo plan, el Gobierno le pide a los empresarios «dejar de depender de la mano de obra barata de Europa» e invertir en la capacitación de los trabajadores nacionales así como de «concentrarnos en la inversión en tecnología y automatización». En todo caso, matizan que el Gobierno ya ha obtenido «3.2 millones de solicitudes de ciudadanos de la UE que podrán quedarse y trabajar en el Reino Unido. Esto proporcionará a los empleadores flexibilidad para satisfacer las demandas del mercado laboral».

El partido laborista ha expresado su oposición a la medida, que han calificado de «hostil». Diane Abbott, secretaria del Interior en la sombra del principal partido de la oposición, declaró en una entrevista en la cadena Sky News que «el Partido Laborista valora la contribución de los inmigrantes» a la economía y al PIB, y que por tanto quieren que haya «un sistema justo».

Los detalles específicos del nuevo sistema serán publicados en los próximos meses, e incluirán una guía sobre las tablas de puntos, las llamadas «ocupaciones de escasez» donde se necesitan trabajadores de forma prioritaria, así como de los requisitos académicos y homologación de titulaciones obtenidas en el extranjero. Para la ministra del Interior, lo mejor del sistema migratorio nuevo es que le permitirá a Reino Unido «retomar el control» de su política migratoria «por primera vez en décadas».