El referéndum de Turquía, una victoria pírrica de Erdogan que será difícil gestionar

«El referéndum se ha ganado, pero no se ha obtenido ninguna victoria», escribía ayer en el diario «Hürriyet» Abdulkadir Selvi, columnista muy cercano al Gobierno del islamista AKP (Partido de la Justicia y el Desarrollo). Y no ha sido por falta de recursos. Erdogan ha explotado hasta la saciedad su supervivencia al golpe de Estado, hecho convertido ya en una especie de mito fundacional erdoganista. Las masivas purgas posteriores, con cerca de 50.000 encarcelados , también parecían allanarle el camino hacia la victoria absoluta.

Por último, una campaña electoral, calificada por los observadores internacionales de «restrictiva y desequilibrada», apuntaba a un cómodo triunfo. De hecho, la campaña por el «sí» no dudó en echar mano de fondos públicos para propagar su mensaje; un mensaje, por otra parte, omnipresente en la práctica totalidad de medios de comunicación turcos, controlados o influenciados por el AKP.

«Al final Erdogan se ha salido con la suya y ha conseguido el sistema que quería, pero no es la victoria que esperaba», explica a ABC el analista Semih Idiz. «Él hablaba [durante la campaña electoral] de un apoyo al sí del 60%, lo que habría dado legitimidad a su presidencia ejecutiva».

Al final se ha quedado en el 51,41% , a la espera de la confirmación oficial de los resultados. Además, la oposición no ha reconocido los datos y ha anunciado que los impugnarán ante el Tribunal Constitucional. El ajustado resultado del referéndum del domingo puede además dar alas a la oposición de cara a futuras citas electorales.