Paolo Gentiloni, un político «muy diplomático», encargado de formar Gobierno

Paolo Gentiloni ha aceptado el encargo del presidente «con reserva», la fórmula tradicional, en la confianza de poder presentarse «en tiempo breve» , con la confirmación de que está en condiciones de formar gobierno. Gentiloni ha manifestado que ha recibido «un alto honor» y acepta el encargo por «sentido de responsabilidad» : «En las consultas del presidente se ha evidenciado la indisponibilidad de la mayoría de las fuerzas de oposición a compartir la responsabilidad de un nuevo gobierno. Por tanto, no por elección, sino por sentido de responsabilidad nos moveremos dentro del marco del gobierno y de la mayoría salient».

Gentiloni ha concluido su breve discurso mostrando cuáles son sus prioridades: «Soy consciente de la urgencia de dar a Italia un gobierno en plenitud de poderes , para dar seguridad a los ciudadanos y afrontar con el máximo empeño y determinación las prioridades internacionales, economías y sociales, comenzando por la reconstrucción de las zonas golpeadas por el terremoto».

Conocida es la fidelidad de Gentiloni a Renzi, que lo propuso a Mattarella, por considerarlo capaz de tranquilizar a Europa y a los mercados, además de calmar las agitadas aguas del Partido Democrático , donde siguen muy abiertas las heridas porque la corriente de izquierda del PD votó contra la reforma constitucional de Renzi en el referéndum del pasado domingo.

Católico, en buenas relaciones con Europa, América y con el grupo Mediaset de Silvio Berlusconi tras su época de ministro de Comunicaciones en un gobierno de Romano Prodi (2006-2008) . Gentiloni fue brazo derecho de Francesco Rutelli en la alcaldía de Roma y gestionó el Jubileo del 2.000.

Paolo Gentiloni, casado con una arquitecta, habla cinco idiomas y es licenciado en Ciencias políticas. Comenzó su militancia política en la izquierda extraparlamentaria adversaria al Partido Comunista Italiano (PCI). Pero no eligió la vía de la política profesional, sino la del periodismo.

Escribió en varias revistas («Frente Popolare», «Pace e Guerra») y en el 1984 se convirtió en director de «Nuova Ecologia», periódico de Lega Ambiente, que fue su trampolín para dar el salto en política . En ese ambiente conoció al verde Francesco Rutelli, quien fue elegido alcalde de Roma en 1993, y lo hizo su portavoz. Ambos dieron nacimiento al movimiento «Centocittà», núcleo del partido de La Margarita, del que fue portavoz durante cinco años. Rutelli le confió la gestión del Jubileo del 2.000, convirtiéndose en el hombre fuerte de la Junta que gobernó con gran éxito ese acontecimiento en Roma. Como miembro de La Margarita, fue uno de los 45 miembros fundadores del comité nacional del Partido Democrático en el 2007, del que es secretario Matteo Renzi. Gentiloni intentó sin éxito convertirse en alcalde de Roma, pero perdió las primarias del Partido Democrático, ganadas por Ignazio Marino en el 2013.

Su labor durante los dos años como ministro de Exteriores ha sido en general elogiada, estableciendo buenas relaciones con Europa y Estados Unidos. Es amigo personal del secretario de Estado norteamericano John Kerry y mantiene una buena relación con el ministro ruso de Exteriores, Sergi Lavrov. Gentiloni es un gran conocedor de Oriente Medio y ha trabajado especialmente por restablecer la paz en Libia.

De Gentiloni se elogia su capacidad para establecer contactos, dado su carácter amable y sereno. Sus amigos elogian de él su estilo afable y diplomático: «Es altamente diplomático que incluso cuando acusa lo hace de forma suave », dice su amigo Ermete Realacci, político del PD. Se destaca en Gentiloni su lealtad y fidelidad a Matteo Renzi. En cierta forma, se le considera incluso un ideólogo del «renzismo». Esta circunstancia no agrada a los partidos de oposición, que pidieron discontinuidad con la etapa de Renzi . En especial el Movimiento 5 Estrellas y la Liga Norte evocan a Giuseppe di Lampedusa y la frase símbolo de su novela «El gatopardo», adaptada por Visconti: «Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie».

En Italia Gentiloni goza de la estima de algunos sectores del centro derecha que le reconocen el haber tenido una batalla dura, pero no ideológica, contra Silvio Berlusconi , cuando fue ministro de las Comunicaciones, lo que le ha valido la consideración de Fedele Confalonieri, Presidente de Mediaset y amigo de Berlusconi.

Tras la derrota del referéndum del pasado domingo sobre la reforma constitucional, Gentiloni manifestó: «Comprendo la desilusión , pero se puede estar triste por un día. Es necesario saber perder, como ha indicado Matteo Renzi. Y después hay que ir hacia delante».

El traspaso de poderes con Renzi será de gran cordialidad, por la estima mutua. Teniendo en cuenta el deseo de «tiempos breves» manifestado por Mattarella, Paolo Gentiloni espera recibir muy pronto la confianza del parlamento: El martes o el miércoles sería el juramento, para presentarse en el parlamento con el fin de obtener la confianza. Esto permitiría al nuevo primer ministro asistir el jueves, día 15, a la cumbre del Consejo Europeo en Bruselas.

Su gobierno será básicamente el mismo que el de Matteo Renzi, con algunos retoques. Su primer dossier importante es el p roblema del banco Monte dei Paschi di Siena, el tercero del país, con riesgo de quiebra. Se espera que sea salvado con intervención del Estado.

Matteo Renzi ha escrito en su página de Facebook que vuelve «a casa, como simple ciudadano»: « He sufrido al cerrar las cajas. No me avergüenzo: No soy un robot» . Se marcha convencido de que su reforma constitucional rechazada en el referéndum de domingo era buena para el país: «Un día será claro que aquella reforma servirá a Italia, no al gobierno, y que no suponía ninguna deriva autoritaria, sino que era solo la ocasión para ahorrar tiempo y dinero, evitando conflictos institucionales». Renzi expresa también su intención de volver : «A los millones de italianos que desean un futuro de ideas y de esperanza para nuestro país, les digo que no nos cansaremos de volver a intentarlo».