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Michelle O'Neill, la renovación del Sinn Féin salida de una familia del IRA

La nueva líder republicana en Irlanda del Norte, de 40 años, carece de estudios y solo ha trabajado en el partido

Michelle O’Neill, nueva líder del Sinn Féin en Irlanda del Norte REUTERS

LUIS VENTOSO

Michelle O’Neill, de 40 años, casada y madre de dos hijos, es la nueva líder del Sinn Féin en Irlanda del Norte. En enero relevó al histórico Martin McGuinness, antiguo jefe del IRA que ha dejado la política a los 66 años por problemas de salud. Con Michelle el partido ha obtenido un excelente resultado en las elecciones de la semana pasada, quedándose a un solo escaño del triunfador, el unionista DUP. Pero la crecida de los republicanos no se debe a la nueva líder , sino más bien a que han enarbolado la bandera de la permanencia en la UE, postura que ganó en Irlanda del Norte en el referéndum (DUP apostaba por el Leave). El peso de O’Neill, una apparatchik del partido republicano desde adolescente, todavía es escaso: Gerry Adams sigue mandando y de hecho fue él quien salió a valorar el resultado electoral.

Michelle O’Neill ha sido saludada como la primera líder del Sin Féinn que no ha sido miembro del IRA . Es cierto y también un poco engañoso. Ella, por edad, no formó parte del grupo terrorista, pero su familia sí y de manera notoria. Nacida Michelle Doris, su padre Brendan «Basil» Doris cumplió condena por terrorismo antes de convertirse en concejal en Dugannon , una villa de 15.000 habitantes a 64 kilómetros de Belfast. Su tío Paul Doris fue en su día presidente de Noraid, una controvertida asociación de captación de fondos para el IRA en EE.UU., a la que en su día se relacionó con la importación de armas. Su primo Tony Doris fue abatido por las SAS, las fuerzas especiales británicas y otro pariente, Gareth, resultó herido cuando participaba en un atentado.

Cuando murió Brendan Doris, el padre de Michelle, Martin McGuinness se refirió así al clan: « Estamos ante una conocida y respetada familia republicana , que por muchos años ha jugado un papel significativo en nuestra lucha».

Como tantos nuevos políticos, Michelle, una mujer rubia, de rostro ancho y sonriente y labios pintados de rojo intenso, no sabe lo que es trabajar fuera de la política. Dejó el instituto para estudiar técnico en contabilidad, pero a los 21 años se afilió al Sinn Féin, tras la firma de los acuerdos de Viernes Santo , y el partido ha sido desde entonces su medio de vida. Primero fue asesora en el Parlamento, trabajando entre otros para McGuinness, su mentor. En 2005 ya era concejala, sustituyendo a su padre, y en 2007, con 30 años, diputada en el Parlamento de Stormont. También se convirtió en la alcaldesa más joven de la historia de Dungannon y la primera mujer en el cargo.

Como alcaldesa organizó en su día un homenaje a un terrorista del IRA fallecido, amigo de su familia, abatido por el Ejército británico con 30 tiros cuando portaba un fusil AK47 . «Fue hace 20 años y el clima político era muy diferente», dijo Michelle, que denunció también «una campaña unionista masiva e implacable, financiada y dirigida por el Estado, que promovió el asesinato de muchos de nuestros activistas y sus familiares y amigos».

En 2011 fue nombrada ministra de Agricultura en el Ejecutivo de coalición que por los acuerdos de paz obliga a gobernar juntos a republicanos y unionistas. Su acción más destacada fue trasladar la sede ministerial a unos antiguos barracones militares británicos , un gesto de revancha. En 2015 fue promovida a ministra de Sanidad y presentó un plan a diez años para renovar el servicio. La oposición la acusó de no ofrecer medidas concretas ni una memoria económica.

Michelle proyecta una imagen jovial y próxima de joven madre ajetreada. En su biografía oficial omite sus estudios (o más bien su carencia de ellos), y se presenta como «una formidable activista que ha hecho campañas sobre igualdad, autismo, minusvalías, salud mental y derechos de la población rural».

Ha contado también en la BBC como arrancan sus jornadas en el minúsculo y rural Clonoe, donde vive con su marido Paddy O’Neill, de quien ha tomado su apellido público , y sus dos hijos. «Me levanto a las seis e intento ir a alguna clase al gimnasio, tipo spin o body pump, mientras consulto el correo, las redes sociales y escucho los titulares en la radio. Luego tengo que levantar a mi hijo Ryan, lo cual es tal vez cien veces más cansado que el gimnasio».

Michelle O’Neill tendrá que alcanzar en tres semanas un nuevo acuerdo de Gobierno ente Sinn Féin y DUP, cuya líder, Arlene Foster, fue la causa de las últimas elecciones. McGuinnes, vice primer ministro en el Gobierno de Foster, se marchó exigiendo la renuncia de ella, envuelta en un caso de corrupción sobre primas de energías renovables , conocido como «ash for cash» (dinero por cenizas). Pero los hilos de la negociación los seguirán moviendo Gerry Adams y su vieja guardia forjada en el IRA.

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