Al menos 400 inmigrantes naufragan en el Mediterráneo cuando navegaban rumbo a Italia

En otro naufragio ocurrido ayer en el Canal de Sicilia, la Guardia Costera recuperó seis cadáveres y salvó a 108 personas que viajaban apiñados en una lancha neumática.

Se trataría de la enésima tragedia anuncia en el Mediterráneo. En los últimos días se ha comentado que en Libia hay «un millón de potenciales emigrantes». Así lo confirma el general Paolo Serra, consejero militar del enviado especial de las Naciones Unidas en Libia, Martin Kobler. Este riesgo motivó que el presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, lanzara esta advertencia: «Es alarmante ver cuantos emigrantes se preparan a utilizar la ruta del Mediterráneo central. Es necesario que mostremos solidaridad a Italia ahora, para evitar en el futuro un escenario como el de los Balcanes», afirmó el polaco Tusk.

El ministro italiano de Exteriores, Paolo Gentiloni, informó de que lo ocurrido supone una nueva «tragedia», aunque dijo no poder aportar más detalles. «Estamos buscando tener más noticias, sobre todo de las autoridades egipcias», señaló Gentiloni a la prensa en Luxemburgo, donde participa en el Consejo de Ministros de Exteriores de la Unión Europea.

Su homólogo alemán, Frank-Walter Steinmeier, indicó que las primeras informaciones que le habían comunicado apuntaban a la muerte de «más de 300 personas», pero advirtió que era necesario recabar aún más información. «Lo que es seguro es que estamos de nuevo ante una tragedia en el Mediterráneo, exactamente un año después de la que tuvimos, no en aguas egipcias, sino en las aguas libias», añadió Gentiloni.

Italia vuelve así enfrentarse a lo que considera una emergencia continua de la inmigración, con récord de desembarcos, y para frenarla propone un plan a la Unión Europea . En los últimos tres meses y medio, han desembarcado en las costas italianas 25.777 inmigrantes, un 25 por 100 más que en el mismo periodo del pasado año. Con el buen tiempo, la ola de refugiados crecerá: Desde el pasado martes han llegado al sur de Italia 6.000 refugiados, y si continúa esta tendencia se podría llegar a la cifra récord de 270.000 a final de año. Todos los expertos coinciden en que al cerrarse la «ruta balcánica», la oleada de refugiados emprende la vía del Mediterráneo. La inmigración se convierte así en el principal problema que deberá afrontar el Gobierno de Matteo Renzi , porque será además caballo de batalla en las próximas elecciones locales. Los partidos más radicales y xenófobos, como la Liga Norte, están echando leña al fuego y, siguiendo los sondeos de opinión, rechazan a los inmigrantes y apoyan el cierre de fronteras.

Para resolver esta crisis, Matteo Renzi ha enviado a las instituciones europeas una carta con un plan que denomina «pacto de la inmigración». En síntesis, Renzi propone una solución similar al acuerdo establecido con Turquía: Fuertes ayudas a los países africanos que son origen o tránsito de refugiados, a cambio de su contribución para reducir los flujos migratorios hacia Europa. En este plan de cuatro páginas de Italia, fruto de un largo trabajo entre funcionarios de la Comisión europea y del Gobierno italiano, se dice que a cambio de fondos ingentes, los países africanos «deberán adoptar compromisos precisos para un control eficaz de sus fronteras, cooperar en materia de repatriación y reforzar la lucha contra los traficantes de seres humanos». Italia propone incluso un sistema de financiación con emisión «eurobonos» para cubrir los costes del plan que serían muy altos. Se trataría de garantizar la disponibilidad de capitales a medio y largo plazo para el crecimiento de esos países, que contarían con proyectos de alto impacto social e infraestructuras. Este plan de Italia ha recibido el apoyo del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, para «trabajar en un plan ambicioso en la Unión Europea, en el G7 y en el G20, con el fin de frenar la inmigración». Matteo Renzi ha advertido también contra el levantamiento de muros y cierre de fronteras en la UE, porque se «pone en riesgo la estabilidad».