Los kurdos de Turquía celebran el Newroz diciendo «no» al referéndum de Erdogan

« Erdogan ha matado a muchos kurdos. ¿Cómo vamos a decir que sí?», añade la mujer de 59 años.

El presidente y su entorno rechazan esta acusación e insisten en que «las operaciones antiterroristas son necesarias», una acusación que repiten tanto Zozan como, uno tras otro, todos los asistentes al Newroz preguntados.

Ni ella ni ninguna de las cerca de 200.000 personas, según la prensa local, que se han reunido en el parque rodeados de fuertes medidas de seguridad están a favor de la reforma. Excepciones entre tal cantidad de gente es posible que haya, claro. Quizá el policía que pregunta al visitante extranjero cuál es su opinión sobre Erdogan viniendo de un país europeo sea una de ellas.

—¡Newroz! —Clamaban los altavoces entre canción y canción.

—¡Piroz be! —Respondían miles de personas para completar la frase «Feliz año nuevo».

El ambiente de fiesta y alegría ha reinado durante toda la jornada. Los característicos bailes «halay», en los que decenas de personas bailan en corro cogidas de la mano, no se detuvieron en ningún momento. Ni siquiera cuando la policía disparó , en una de las cinco entradas, contra un hombre que portaba un cuchillo y se negó a que los agentes registraran su mochila. El sospechoso fue trasladado al hospital, pero poco después acabó muriendo.

Dada la tensión social en la que está inmersa Turquía y debido a los enfrentamientos que continúan en la región entre el ejército turco y las milicias del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán), no eran pocos los que temían que se pudieran producir disturbios importantes o un ataque de algún tipo.

«La gente tiene miedo de que haya una explosión», señala Fatos, una ama de casa que ha acudido al Newroz con toda su familia. «Por eso este año hay menos gente. Se nota mucho».

Otros vecinos de la ciudad se quejaban antes de la celebración de que en esta ocasión el Ayuntamiento no ha permitido a sus trabajadores acudir a la fecha, tan señalada en el imaginario colectivo kurdo, sobre todo en el de los más politizados. En octubre del año pasado, los coalcaldes de Diyarbakir Gultan Kisanak y Firat Anli, fueron arrestados y desde entonces un administrador nombrado a dedo desde Ankara gobierna la ciudad kurda más grande de Turquía.

—Por favor, no coreéis cánticos que no estén permitidos.

Desde el escenario se trataba de evitar consignas que pudieran provocar una intervención de las fuerzas de seguridad. Alrededor de 5.000 agentes se habían desplegado por toda la provincia de Diyarbakir. En la entrada, los policías solo permitían las pancartas y carteles con Na! y Hayir! (¡No! en kurdo y en turco), que ondeaban por todo el recinto. Sin embargo en el interior también se pudo observar un gran retrato de Abdullah Öcalan, cofundador del PKK y el líder espiritual del movimiento kurdo de Turquía. Asimismo, poco antes de encender el fuego del Newruz, el acto más simbólico de la celebración, un grupo de jóvenes desplegó una pancarta con una fotografía de Çiyager, el comandante de las milicias vinculadas al PKK que combatieron contra las fuerzas turcas dentro de Sur, la ciudad vieja de Diyarbakir. Tanto la Unión Europea como los Estados Unidos consideran al PKK una organización terrorista.

La guerra entre el Estado turco y las milicias kurdas ha supuesto la muerte, desde que se rompió la tregua en julio de 2015, de al menos 2.623 personas , según datos de la ONG Crisis Group International, que monitoriza el conflicto. De estas, 391 eran civiles; 1120, guerrilleros; 893, soldados; y 219 eran jóvenes de los que no se ha podido determinar si pertenecían o no a las milicias relacionadas con el PKK:

—Nadie tiene que dudar de que venceremos a pesar de las políticas de opresión.

Los altavoces transmitían el discurso de Ahmet Türk, quien gobernaba Mardin tras pasar por las urnas hasta que el Gobierno central nombró un administrador, de nuevo, desde Ankara. 82 alcaldías han sufrido el mismo destino. Asimismo, 13 diputados del prokurdo HDP (Partido Democrático de los Pueblos) se encuentran en la cárcel en estos momentos. Entre ellos los colíderes Selahattin Demirtas y Figen Yüksekdag, de quienes también se leyó un comunicado desde el escenario. El Gobierno turco les acusa de tener vínculos con el PKK.

La celebración del Newroz y el sentimiento nacionalista kurdo son inseparables. Sin embargo, Erdogan también ha querido sumarse a la fiesta . No ha aparecido por Diyarbakir, evidentemente, pero sí ha enviado un mensaje en el que decía que la fiesta simboliza «hermandad, amistad, solidaridad y la llegada de la primavera en una amplia región». Aunque totalmente enfrentado con los movimientos políticos kurdos de Turquía y Siria, el líder islamista mantiene una relación de estrecha colaboración con el partido de Masoud Barzani, el presidente de la Región del Kurdistán Iraquí.

—¡Newroz!

—¡Piroz be!

«Vengo porque es una parte importante de mi cultura y para protestar”, explica la joven Asmin Lorin, quien quiere estudiar medicina y así “ayudar a mi gente». «Para protestar contra el Gobierno y la ilegalización de nuestra cultura».