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Brexit

Boris Johnson y Juncker anuncian un acuerdo para el Brexit entre el Reino Unido y la UE

El presidente de la Comisión Europea asegura que es la muestra del compromiso que existía para «encontrar soluciones»

Vídeo: Bruselas y Londres cierran un acuerdo sobre el Brexit
Enrique Serbeto

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El Reino Unido dejará definitivamente de pertenecer a la Unión Europea el 1 de noviembre si el pacto que se ha alcanzado esta mañana acaba siendo confirmado. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha anunciado que se ha llegado a un acuerdo sobre el mecanismo del «respaldo irlandés» y la declaración política que acompaña al Tratado de Retirada. «Cuando hay voluntad, hay un acuerdo», ha escrito Juncker en su cuenta en las redes sociales. «Tenemos un acuerdo justo y equilibrado tanto para la UE y como para el Reino Unido, testimonio de nuestro compromiso a la hora de encontrar soluciones».

La cuestión en estos momentos es saber quién más apoya este acuerdo. Juncker dijo que va a «recomendar» al Consejo Europeo de jefes de Estado o de Gobierno que lo ratifiquen, lo cual es muy probable que suceda esta misma tarde, pero el primer ministro británico, Boris Johnson , tiene que lograr también que sea respaldado por el Parlamento de Westminster . Esta misma mañana, el partido nacionalista norirlandés DUP, clave para que los conservadores puedan tener una mayoría, ha dicho que no apoyaría la fórmula .

Corbyn pide un nuevo referéndum

El líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn , se ha mostrado claramente en contra del acuerdo alcanzado por Johnson con la UE, que considera «incluso peor que el de Theresa May, que fue rechazado de manera abrumadora». Corbyn considera que el mejor modo de resolver el Brexit es dar a la ciudadanía «la última palabra» con un nuevo referéndum.

También ha expresado su rechazo el líder del Partido del Brexit, Nigel Farage , al entender que el acuerdo no permite una verdadera separación de la UE por parte del Reino Unido. «Esto no es un Brexit», ha resumido.

Igualmente, el Partido Nacionalista Escocés (SNP, la tercera fuerza en el Parlamento británico) votará en contra.

El acuerdo supone que la provincia británica de Irlanda del Norte permanecerá en la unión aduanera del Reino Unido, pero habrá controles en el tráfico de mercancías entre este territorio y la isla de Gran Bretaña. Sin embargo, al mismo tiempo Irlanda del Norte se mantendrá temporalmente bajo el marco regulatorio europeo, de modo que no sea necesario establecer una frontera en la isla. Los mecanismos para la equivalencia de la recaudación del IVA en este mecanismo han sido la última dificultad técnica para el acuerdo.

Este acuerdo fue anunciado en el último minuto, horas antes de que se iniciase el Consejo Europeo que luego lo ratificó por unanimidad. Boris Johnson, que participó en una parte de la reunión pero, como es natural, no en la que se decidió el apoyo al acuerdo de salida, dijo que confía en que el Parlamento británico respalde el acuerdo diciendo que es un «muy buen pacto para todo el Reino Unido», aunque al final admitió que ha decidido aceptarlo porque «era la única oportunidad de seguir adelante» y dejar atrás esta engorrosa negociación que está hipotecando todas las energías del país.

Lo que Johnson ha aceptado es el mismo tratado de retirada pactado hace meses con Theresa May y que incluye la ogligación de seguir contribuyendo al presupuesto comunitario por valor de hasta 35.000 millones de euros para cumplir los compromisos que el Reino Unido había asumido como miembro de la UE. En cuanto a la famosa «salvaguarda irlandesa» , ya no se llama «backstop» que se había convertido en una denominación maldita, sino «protocolo irlandés» y contiene un principio que la anterior primera ministra, Theresa May, había dicho que nadie en su situación podría aceptar, como son los controles aduaneros entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido. La provincia norirlandesa se mantendrá también bajo el marco regulatorio europeo, al menos hasta que la Asamblea local decida lo contrario votando cada cuatro años.

Al anunciar el respaldo del Consejo al acuerdo, el presidente Donald Tusk dijo que lo hacía «con tristeza, porque siempre he sido en mi corazón un partidario de que el Reino Unido se quedase en la UE». El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, explicó por su parte cómo el acuerdo definitivo se selló en una conversación telefónica que mantuvo con Johnson ayer a primera hora de la mañana y que estaba satisfecho porque «se trata de un compromiso legal que protege a los ciudadanos, que podrán seguir viviendo como hasta ahora, y a la paz en Irlanda del Norte».

Juncker también reveló que a pesar de lo que se ha hablado de las posiciones iniciales de este país, «sin Irlanda no lo habríamos podido lograr». Para los historiadores, el encuentro directo entre Johnson y el primer ministro irlandés Leo Varadkar el jueves pasado habría sido el punto de inflexión de un proceso que antes estaba abocado al fracaso. El «taoiseach» irlandés compareció también junto a Tusk, Juncker y el negociador jefe Michel Barnier, para explicar por su parte que este proceso «me ha enseñado todo lo que se puede lograr trabajando unidos, lo que es una lección para el futuro, y esto lo dice alguien que viene de un país pequeño».

En este ambiente casi emotivo, en el que se multiplicaron los agradecimientos al negociador Michel Barnier y los de este a los miembros de su equipo, todos actuaban como si de verdad creen que Johnson va a ser capaz de lograr que el Parlamento británico lo apruebe. Los indicios eran cuanto menos inquietantes.

¿Qué puede suceder si el sábado este acuerdo vuelve a ser rechazado? Pues en este caso parece evidente que los británicos tendrán que ir a las urnas para elegir un nuevo parlamento que decida finalmente qué hacer. Para ello, Johnson necesitará pedir una prórroga de uno o dos meses, lo que explica que Tusk sacase a colación con toda naturalidad, en este mismo escenario tan triunfalista, la posibilidad de que tenga que tramitar esa solicitud para convocar unas elecciones en las que Johnson podría lograr un respaldo aplastante con el que aprobar finalmente el acuerdo del Brexit. Ono. En la política inglesa todo es posible.

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