José Sócrates se da de baja del Partido Socialista portugués

Una contundente frase que cayó como un jarro de agua fría sobre la cabeza de Sócrates, justo cuando salen a la luz unas conversaciones privadas suyas con el antiguo ministro de Economía Manuel Pinho, acusado de haber percibido más de dos millones de euros de manos de Ricardo Salgado, ex presidente del Banco Espírito Santo.

El ex primer ministro no deja de estar en el ojo del huracán e incluso albergaba esperanzas de reciclarse en un futuro no lejano presentándose a las elecciones presidenciales, pero se ha vuelto en su contra el clima envenenado que ha ido insuflando desde que fue detenido en el aeropuerto de Lisboa en noviembre de 2014 .

Ahora su adiós llega en forma de carta abierta al PS , en la que dice haber sufrido «una especia de condena sin haber sido juzgado» y arremete contra António Costa por echarse en brazos de la derecha, según él (en referencia a su sintonía con el nuevo presidente de los conservadores, Rui Rio). Igualmente, se permite proclamar: «La injusticia que comete la dirección socialista sobrepasa los límites de lo aceptable, tanto en el terreno personal como en el político»

«Creo que ver a un ex primer ministro y ex secretario general acusado de corrupción y blanqueo de capitales avergüenza a cualquier socialista, sobre todo si todo se confirma», señaló el propio Costa recientemente.

José Sócrates conoció la acusación formal de la Fiscalía General del Estado portugués el pasado mes de octubre: nada menos que 31 delitos de corrupción pesan sobre él, además de que el mastodóntico sumario de la ‘Operación Marqués’ acredita que llegó a acumular 24 millones de euros en bancos suizos a cuenta del blanqueo sistemático de capitales.

Una investigación sin precedentes en la historia del país vecino, que pone al descubierto la compleja trama de irregularidades presuntamente cometidas por el antecesor de António Costa al frente del Partido Socialista. A saber: tres delitos de corrupción pasiva de titular de cargo público, 16 de blanqueo de capitales, nueve de falsificación de documentos y tres de fraude fiscal cualificado.

Con esta contundencia se resumían las 5.000 páginas que relatan los hechos a partir de las numerosas pruebas reunidas, comenzando por las escuchas de decenas de conversaciones telefónicas mantenidas por quien dirigió los destinos de Portugal entre 2005 y 2011.

En total, son 28 los acusados (incluido Ricardo Salgado, quien se enfrenta a otros 21 delitos) bajo el paraguas de la ‘Operación Marqués’. Y António Costa salió al auxilio del partido para reflotarlo.

Pero no puede olvidarse que el mismo José Sócrates tuvo que pedir un rescate de 78.000 millones de euros a la ‘troika’ , entre otras razones porque su gestión había disparado la deuda pública, según evidencian los datos oficiales al respecto.

Así, en este contexto, tuvo que intervenir el conservador Pedro Passos Coelho para salvar los muebles. Le tocó «bailar con la más fea» y aplicar medidas de ajuste gracias a las cuales pudo alejarse el fantasma de un segundo rescate.

En cuanto a Sócrates, padeció en su carne el infierno de la prisión preventiva. Era el reo número 44 de la cárcel de Évora, donde le visitó en la mañana del día de Nochevieja el actual primer ministro. Hoy, sin embargo, no se hablan.

La investigación ha destapado una sofisticada ingeniería financiera , con una persona clave: Sofia Fava , ex mujer de Sócrates, quien le dio cobijo cuando pasó a prisión domiciliaria. Desde entonces, el ex primer ministro socialista ha protagonizado varias «puestas en escena», como la del 4 de octubre de 2015, cuando acudió a emitir su sufragio sin escolta, según pudo comprobar este periódico de primera mano.

La «Operación Marqués» ha desvelado que Joaquim Barroca, copropietario del todopoderoso conglomerado inmobiliario y constructor Grupo Lena (que se benefició de numerosos contratos mientras Sócrates se mantuvo en el poder), era el autor del envío de «millones de euros» a las cuentas en Suiza de Carlos Santos Silva, considerado como el testaferro en toda la trama. Su «misión» le convertía en el encargado directo del traslado de las altísimas cifras al propio Sócrates. La disección establecía que las transferencias se efectuaron entre 2007 y 2009, justo bajo el mandato del ex primer ministro y cuando disfrutaba de una mayor popularidad.