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¿Hiroshima salvó vidas o fue una barbarie injustificada?

Obama, como todos sus antecesores, no pedirá perdón por las bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki durante su visita a Japón. El credo oficial en EE.UU. sigue siendo que evitaron una masacre mayor

La Policía japonesa hace guardia frente al memorial de Hiroshima ante la próxima visita de Obama AFP

JAVIER ANSORENA

Al menos en los gestos, Barack Obama ha marcado un antes y un después en la política exterior de la Casa Blanca. Ha sido el primer presidente en visitar Cuba en casi 90 años. El primero en ir a Birmania, donde ha estado ... dos veces. Ha negociado un acuerdo nuclear con Irán y acaba de levantar el embargo a de venta de armas a Vietnam. También será el primero en visitar Hiroshima , la ciudad japonesa en la que el ejército de EE.UU. arrojó la primera bomba atómica en la recta final de la Segunda Guerra Mundial, el 6 de agosto de 1945. Pero una cosa no le distingue de sus predecesores: no pedirá perdón por la masacre que causaron esa bomba y la que cayó tres días después en Nagasaki. Murieron cerca de 200.000 personas, la gran mayoría civiles, y una generación de supervivientes vivió contaminada por la radiación.

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